La Editora de Fotografía de El Tecolote, Mabel Jiménez, se dirige a la comunidad durante la tercera edición del Latino Life, una exhibicion fotografica, en marzo de 2016, en la Galería Juan R. Fuentes. Foto Erin Conger

Con el corazón agridulce quiero que todos sepan que esta edición será mi última como Editora de Fotografía de El Tecolote. He tratado de comunicarles esto a todos cuantos ha sido posible personalmente, pero la realidad es que he estado en contacto con tanta gente increíble a través de este trabajo, que me doy cuenta de que un anuncio público es la manera más eficiente de hacerlo.

Empecé en 2008 de la misma manera que casi todos los demás comienzan en este periódico: como voluntaria. Fue mi primer año en San Francisco y estudiaba periodismo en la SF State. Todavía estaba conociendo la ciudad y me había dirigido a la Misión para explorar. En una de las tiendas de esquina, recogí una copia de El Tecolote.

Nunca había visto un periódico bilingüe, y mucho menos uno que fuera un defensor incansable de la comunidad latina. Inmediatamente sentí la necesidad de ser parte de su misión y decidí ver cómo podía contribuir a su importante trabajo.

Estaba muy nerviosa cuando entré a la oficina por primera vez para hablar con la editora Rose Arrieta, la primera persona que me recibió aquí. Yo quería ser fotógrafa, así que me pidió ver mi portafolio, que no creía que fuera tan impresionante en ese momento.

Después de unos minutos de ver mis fotos, Rose me preguntó cuándo podría comenzar. “¿Solo así?”, Pensé. No podía creerlo. Cuando salí de la oficina ese primer día, estaba caminando en las nubes. Hice lo que pude ese primer año, tomar fotos, escribir, traducir y corregir.

Foto: Beth LaBerge

Me convertí en la editora de fotos en 2011 y en 2013 organicé la primera exposición anual de fotografía de Vida Latina, para mostrar el mejor trabajo de los fotógrafos voluntarios de El Tecolote. Ahora en su quinto año, sigue siendo el único evento anual de fotografía en el Área de la Bahía dedicado a resaltar la experiencia latina.

En 2016 publicamos la primera y única edición especial de fotografía de El Tecolote, y en 2017 nuestro equipo de fotografía obtuvo nueve de los 10 premios fotográficos disponibles para publicaciones impresas no diarias en los Premios de Periodismo del Área de la Bahía de San Francisco Press. Ver a nuestros fotógrafos crecer y fortalecer la documentación visual de nuestra historia ha sido una de las partes más gratificantes de este trabajo.

En varias ocasiones también he servido como gerente de oficina, gerente de publicidad y mentor de jóvenes periodistas a través de pasantías en nuestros programas Fuerza Joven en 2013 y Chicas y Mujeres Poderosas a principios de este año. En los últimos años, también hice el diseño de nuestra edición impresa y me desempeñé como asistente de edición.

El Editor en Jefe de El Tecolote, Alexis Terrazas y la Editora de Fotografía, Mabel Jiménez, en una revisión de pruebas en 2015.

En estos 10 años desde que comencé aquí, El Tecolote y Acción Latina se han entrelazado profundamente con el tejido de mi vida, desde los eventos comunitarios que he vivido, hasta los amigos que hice y las historias que hemos cubierto juntos. Todas las actividades o personas con las que he estado en contacto en esta última década no tienen más de un grado de separación de esta organización.

Esta es realmente mi Tecofamilia. Hemos pasado del dolor de perder a Alfonso Texidor al cáncer de pulmón; hasta dar la bienvenida a la nueva vida cuando nuestro editor en jefe Alexis se convirtió en padre de gemelos. Juntos hemos experimentado la emoción de descubrir historias importantes; el éxito de ganar premios por nuestro trabajo; la tristeza de cubrir las tragedias en nuestra comunidad; y la hilaridad de leer correos de odio de la extrema derecha.

Esta familia siempre ha estado ahí para mí, ofreciéndome todo, desde apoyo emocional hasta un techo sobre mi cabeza durante los tiempos difíciles.

Pero quizás lo que extrañaré más será nuestras bromas cotidiana en la sala de redacción, que va desde desahogarnos sobre nuestras vidas personales así como reír juntos. Y por mucho que hayamos tratado de evitar quedarnos demasiado tarde terminando el periódico cada dos semanas, definitivamente extrañaré esas legendarios desvelos durante las noches de producción.

Trabajar en El Tecolote me ha permitido entender y ser parte de la comunidad de la Misión de una manera que pocas otras experiencias pueden ofrecer. Por triste que sea dejar este puesto, me consuelan las palabras de una de nuestras ex directoras ejecutivas, Eva Martínez: “una vez que te conviertes en parte de Teco, nunca te vas”. Aunque no estaré aquí cada semana de la misma manera en que lo he estado durante tantos años, seguiré contribuyendo con historias y fotos durante el tiempo que pueda. Al retroceder un paso en mi posición detrás del escritorio, espero pasar más tiempo detrás de la cámara.

Esto no es un adiós, sino un hasta siempre.