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De pie y reunidos frente al edificio federal de San Francisco el 5 de enero, Carmen Guardado rezó para no perder su Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).

“Toda mi familia está aquí, no tengo a nadie en El Salvador”, dijo Guardado, que ha vivido en este país durante 23 años, 16 de ellos bajo el programa TPS. “Realmente me afectaría si me enviaran para allá… He trabajado toda mi vida aquí”.

Sin embargo, a pesar de las oraciones de Guardado, la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen M. Nielsen, anunció el 8 de enero la cancelación dicho estatus para aproximadamente 200 mil salvadoreños que viven en los EEUU; 49,100 de ellos, residentes de California. Los salvadoreños son el mayor grupo de receptores de este programa. “Para permitir una transición ordenada”, la terminación de TPS para salvadoreños entrará en vigencia el 9 de septiembre de 2019.

La decisión de ponerle fin (que ofrece residencia temporal a 325,550 ciudadanos extranjeros de 13 países que huyeron de la violencia y los desastres naturales) para salvadoreños, se produce tras la terminación del mismo para 50 mil haitianos establecida para el 22 de julio de 2019 y para 2,550 nicaragüenses para el 5 de enero del mismo año.

Las noticias de este ataque más reciente a inmigrantes por parte de la administración Trump han dejado a muchos beneficiarios del TPS y sus familias temiendo la posibilidad de deportación.

“Hoy no sé cómo es vivir en El Salvador”, dijo Guardado, que vive en Oakland y es miembro de Red Nacional Salvadoreña en el Exterior (RENASE), una red nacional para inmigrantes salvadoreños. “Sé que hay delincuencia y muchas muertes cada día, y eso me asusta”.

Guardado huyó de su tierra natal hace más de dos décadas para escapar del abuso doméstico. El padre de sus tres hijas era un militar, que usaba drogas y abusó de ella. “Tuve que separarme de él”, declaró Guardado.

Pero cuando Guardado huyó de El Salvador, dejó a sus hijas atrás. Llegó a los EEUU y luego pudo traer a sus hijas, que hoy cuentan con residencia legal.

“Soy la única [que no tiene estatus legal]”, dijo Guardado. “Qué irónica es la vida. Yo… solo tengo TPS, y las traje y ahora son residentes. Pero estoy feliz. Por ellos, tengo dos nietos”.

Como siempre trabajó y pagó impuestos mientras vivía en los EEUU, Guardado se pregunta qué tipo de trabajo haría si fuera enviada de regreso a su país. Actualmente trabaja en Rinse, un servicio de tintorería y lavandería. Ella ve una ironía en la orientación de la administración Trump hacia los inmigrantes que contribuyen con la fuerza laboral estadounidense.

“Antes de que Trump asumiera el cargo, erámos felices. Nos renovaban nuestro estatus cada 18 meses”, dijo Guardado. “Creo que ha tenido como objetivo arruinar la vida de todos los inmigrantes. No se da cuenta de que somos la mano de obra que hace el trabajo que ningún estadounidense quiere hacer. Los estadounidenses que trabajan en Rinse… no lavan la ropa, no doblan la ropa”.

“¿Quién trabaja en la construcción?”, continuó: “Los hispanos. ¿Quién limpia baños? Nosotros. Y él, ¿qué? ¿Alguna vez ha limpiado un baño? No lo creo”.

¿Por qué TPS?

El TPS para salvadoreños fue designado oficialmente en marzo de 2001, luego de que una serie de poderosos terremotos devastaran a El Salvador. El 13 de enero de 2001, un terremoto de 7.7 grados de magnitud sacudió la costa de El Salvador, matando al menos a 844 personas, hiriendo a más de 4,700, destruyendo 108 mil casas y dañando más de 150 mil edificios. Los terremotos continuaron en febrero de ese año, con uno de 6.6 el 13 de febrero y otro de 6.1 el 28 de febrero, según el Servicio Geológico de los EEUU.

En su anuncio del 8 de enero, la secretaria del DHS, Nielsen “determinó que las condiciones originales causadas por los terremotos de 2001 ya no existen. Por lo tanto, bajo el estatuto aplicable, la actual designación TPS debe darse por terminada”. Un argumento similar fue hecho por la entonces secretaria de DHS, Elaine Duke, cuando terminó el TPS para los haitianos en noviembre pasado, afirmando “que esas condiciones extraordinarias pero temporales causadas por el terremoto de 2010 ya no existe”.

Pero Adoubou Traore, un inmigrante de Costa de Marfil que se desempeña como codirector de African Advocacy Network y director ejecutivo de African Immigrant and Refugee Resource Centre (AIRRC) en San Francisco, no está de acuerdo. Traore habló en nombre de los haitianos en una manifestación de Save TPS en San Francisco el 5 de enero de 2018.

“Todos escuchamos lo que sucedió en Haití en 2010. Y sabemos lo que había antes del terremoto. Y no creemos que alguien en serio pueda pararse frente a un pueblo entero y decir: ‘Haití ha podido superar los daños después de esta calamidad natural’”, dijo Traore. “Seamos más serios sobre eso”.

Ramón Cardona, un inmigrante salvadoreño y conductor de radio local, dijo que ese estatus para los salvadoreños fue influenciado por la Guerra Civil, que fue financiada y armada por los EEUU en 1980. La guerra fue devastadora, resultando en más de 70 mil bajas y casi 500 mil refugiados.

“Eso ayudó mucho en ese momento con el Congreso para ganar el Estatus de Protección Temporal”, dijo Cardona. “Fue una victoria de la gente aquí en los EEUU”.

Muchos en círculos de activistas inmigrantes esperan que el Congreso pueda encontrar una solución permanente para los titulares del estatus. Guardado está deseando convertirse en ciudadano.

“Siento que soy de aquí”, dijo Guardado, quien compró una casa y crió a sus hijas a través de su trabajo en restaurantes, limpiando casas y hoteles. “Durante 23 años, he trabajado y luchado aquí. Siento que me lo he ganado”.

Rina Valle, salvadoreña y beneficiaria del TPS llegó a este país hace 18 años, se debate entre la esperanza de una solución permanente y la preocupación de tener que regresar a El Salvador. Viviendo en Hayward, Valle maneja una compañía de conserjería en San Francisco. Toda su familia vive aquí.

“[TPS] abrió muchas puertas para nosotros. Pero, sobre todo, no hay temor de simplemente salir y hacer una vida por nosotros mismos en este país”, dijo. “Nunca pensamos que tomarían una decisión tan drástica como esta sin pensar en los niños, los propietarios de negocios y los propietarios de viviendas. Personalmente, creo que las cosas van a fallarme y no sé qué voy a hacer”.

Los hechos sobre el TPS

Según un estudio de 2017 de la Revista sobre Migración y Seguridad Humana, que se enfocó en los tres países con los mayores receptores de TPS (El Salvador, Honduras y Haití), la tasa de participación en la fuerza de trabajo del estatus de esos tres países fue de 81 a 88 por ciento, una tasa mayor a la población total de los EEUU, al 63 por ciento.

El estudio también señaló que alrededor de 273,200 de los hijos de estos beneficiarios son ciudadanos de los EEUU, y el 87 por ciento habla al menos algo de inglés, y más de la mitad habla bien inglés, muy bien o sólo inglés. El estudio también cita que alrededor de 27,100 (11 por ciento) de aquellos en la fuerza laboral son trabajadores por cuenta propia, y de los 205,900 hogares de estos tres países, 61,100 tienen hipotecas.

Laura Sánchez, abogada y directora de programas en CARECEN SF, se ha familiarizado con las historias de angustia de personas que han vivido y pagado impuestos en los EEUU durante casi dos décadas, y ahora no tienen idea de lo que deberán hacer.

“Creo que es parte de un plan mayor para atacar sistemáticamente a la comunidad de inmigrantes”, opinó. “Creo que es una pieza de un gran rompecabezas que están implementando”.

Sánchez exhorta a los beneficiarios de TPS a ser orientados por un abogado o una organización sin fines de lucro, como CARECEN: “Muchas personas pueden ser elegibles para otros tipos de ayuda de inmigración de los que simplemente no están conscientes”, dijo, y señaló que su organización actualmente está ofreciendo consultas para los titulares del estatus de 9 de la mañana a 12 del día, de lunes a viernes.

“Creo que es hermoso que estemos aquí, pero tenemos que caminar por los pasillos del Congreso”, dijo Sánchez. “Los destinatarios de DACA, son geniales en el sentido de organizarse. Necesitamos tomarnos de la mano con ellos”.

Para aquellos que buscan más información sobre las opciones para los titulares de TPS de El Salvador, se programó un foro para el sábado 13 de febrero en el consulado salvadoreño en San Francisco, ubicado en el 507 de la calle Polk (entre la calle Turk y la avenida Golden Gate) de las 2 a 4 de la tarde.