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La reciente audiencia de la Comisión de Planificación de San Francisco, llevada a cabo el 7 de febrero, fue una rara oportunidad para ver a sus miembros en el campo de acción, ya que vinieron del Ayuntamiento para celebrar una reunión de la comunidad sobre uno de los proyectos más polémicos del barrio: el desarrollo inmobiliario propuesto en el 1979 de la calle Misión.

A pesar de no haberse construido aún, el enorme complejo residencial y comercial denominado ‘El Monstruo de la Misión’ y programado para su construcción en las calles 16 y Misión, ha dividido completamente a la comunidad.

La firma detrás del proyecto, Maximus Real Estate Partners, actualmente tiene planes para complejos en expansión en toda el Área de la Bahía. En el Distrito Misión, se han sentado las bases con una combinación de empresas locales y de alcance comunitario, asociándose con el Departamento de Policía  en la campaña llamada ‘A la limpieza de la plaza’, y estableciendo otras dos organizaciones: ‘Misión 1979’, un grupo encargado de llegar a la comunidad para obtener información sobre la construcción planeada y ‘Misión para Todos’, que ha reclutado a personas del barrio para defender e influir a favor de Maximus.

Esto ha incluido la organización de una exhibición de arte con artistas locales, subcontratados en secreto por Misión para Todos y campañas en las redes sociales que presentan a sus empleados repartiendo comida a las personas sin hogar y donando bolsas de ropa usada, e incluso permitiendo a los artistas del graffiti la libertad de colocar murales en un edificio, Maximus espera arrasar y reemplazar con deslumbrantes apartamentos tipo estudio de alta gama, boutiques y cafés.

Una audiencia previa de dicha comisión se había programado para el 1 de noviembre de 2018 en la Mission High School, la cual se canceló abruptamente tras el extraño incidente de una llamada telefónica realizada por presuntos afiliados de Maximus. Sin pruebas, advirtieron de actos violentos a manos del principal oponente del monstruo, la coalición Plaza 16, un  grupo de negocios locales, residentes y defensores de la comunidad. Esto llevó a los organizadores a reprogramar la reunión. La mayoría de los residentes que estaban al tanto del incidente entraron en la reunión del 7 de febrero, escépticos de Maximus y sus objetivos multimillonarios.

De antemano, los partidarios de Plaza 16 se reunieron, quemaron salvia, oraron y cantaron con seriedad y esperanza: “¡No hay poder como el poder de las personas, porque el poder de las personas no se detiene!”

La manifestación contrastaba con el evento del Monstruo a la vuelta de la esquina. Allí se encontraban los representantes de ‘1979’ y ‘Mission For All’, vestidos con ropa polvorienta y botas pesadas. Muchos de ellos sostenían carteles pintados a mano, coloridos,  en varios idiomas y con slogans, una sorprendente sorpresa fue su estado de ánimo sombrío. A pesar de la creatividad y la diversidad de sus letreros, el mejor canto que pudieron reunir fue un repetitivo, familiar y siniestro, “Constrúyanlo”.

La reunión del comité de planificación comenzó de manera rápida y ordenada. Los grupos respectivos se distribuyeron: la gente de Maximus al lado derecho del auditorio, y los diversos grupos de la comunidad y los lugareños por en medio y a la izquierda.

La presidenta de la comisión, Myrna Melga, comenzó la reunión haciendo un llamado al civismo y le dio a cada lado un periodo de 10 minutos para presentar sus puntos y contrapuntos, seguidos por los testimonios de personas que estuvieran a favor o en contra. Maximus entregó una presentación pulida de un edificio que uno podría imaginar brillando sobre la Plaza BART de la calle 16. Presentaba las últimas concesiones a la comunidad, incluyendo una buganvilla finamente ajardinada (enredadera ornamental) que se extendía por el frente de un rascacielos con cara de cristal, nuevas farolas, más color, una plaza y aceras ampliadas y un respaldo bien calibrado del edificio en un intento por disminuir el impacto del edificio en la vecina Marshall Elementary School.

Miembros de la comunidad se reúnen en la Mission High School el 7 de febrero para la sesión de la Comisión de Planificación acerca del proyecto denominado ‘Monstruo en la Misión’. Foto: Chris “L7” Cuadrado

Por su parte, Plaza 16 presentó un plan de desarrollo llamado ‘The Marvel’, un complejo de viviendas asequibles cien por ciento y espacios verdes, que sería financiado con diversos bonos y asignaciones a nivel local, municipal y estatal. Plaza 16 rápidamente señaló que la afirmación de Maximus de proporcionar hasta el 40 por ciento de las unidades a una tasa inferior a la del mercado era falsa, al considerar que el monstruo de las propias cifras de Maximus promete menos del 15 por ciento de dichas unidades.

Quizás los números de Maximus incluyeron sitios potenciales propuestos anteriormente en el 2675 de la calle Folsom y en el 2918 de la calle Misión, en ninguno de los cuales Maximus realmente se ha comprometido a poner un centavo para asegurar, mucho menos el plan, el fondo o la construcción. Plaza 16 usó esto como una prueba más de la duplicidad de Maximus y la deshonestidad. La acera y las plantas, si bien son agradables, no ayudan a la comunidad. Cuando Chirag Bhakta cerró el turno para Plaza 16, expresó la frustración y la ira palpables en la habitación: “La suciedad no nos sirve”.

Cuando llegó el momento del testimonio individual, se expresaron alegatos y súplicas contra el Monstruo. Muchos denunciaron el estrés y la lucha que conlleva vivir en la Misión tal como es, el impacto que el desarrollo tendrá en las escuelas y edificios circundantes, y en la ciudad con una larga historia de distritos alineados, lo que obligó a una mayor densidad y nuevos desarrollos, principalmente en las comunidades de color más pobres. Una y otra vez, las personas refirieron a familiares, amigos, vecinos y negocios que se han visto obligados a abandonar el vecindario, irse fuera de la ciudad, las necesidades y demandas del vecindario superan ampliamente su capacidad de pago.

Los argumentos más convincentes que se presentaron por parte del Monstruo se redujeron al viejo argumento de YIMBY (Sí en mi patio trasero) de “necesitamos vivienda y la única forma de conseguir vivienda es construyéndola”, una respuesta concisa pero simple a una problema complejo, y profundamente interseccional. Más que las historias de oposición de la gente común, parecía que los puntos de conversación cuidadosos de Maximus sobre el estacionamiento, el arte, las oportunidades comerciales, las mejoras cosméticas y la mitigación del impacto del Monstruo en los edificios vecinos se distribuyeron cuidadosamente entre muchas personas. Esto se sintió como un grupo que se sabía superado por la comunidad y por lo que trató de difundir sus pocos tiros a la mayor cantidad de personas posible.

Al final de la reunión, el comité de planificación parecía convencido de que Maximus no estaba a la altura de las expectativas del vecindario, por lo que le pidió regresar con un plan creado junto con la Oficina de Vivienda y Desarrollo Comunitario de la Alcaldía. Al día siguiente, Plaza 16 afirmó que el Monstruo fue derrotado, pero esto parece prematuro dadas las tácticas desviadas y el juego sucio al que Maximus ya ha demostrado que recurrirá. Además, es muy poco probable que dicha firma ceda tras tanto gasto ya invertido en el proyecto y los millones de dólares en juego. Se necesita mucho más que un solo golpe para derrotar a un monstruo de este tamaño.