Kimberly Partida, de alias “Alina,” patea en la cara a su oponente, Jules, durante el Big Time Wrestling Rock the Bells. Foto Gardenia Zuniga-Haro

Nada puede detener a Kimberly Partida. Ni una conmoción cerebral, mucho menos dar a luz y convertirse en madre de mellizos.

Partida, quien tiene 22 años y es conocida en el cuadrilátero de la lucha libre como ‘Alina’, persigue la pasión y el amor que siente por este deporte.

“Es una pasión que siempre he sentido”, comenta y agrega: “Y estoy contenta de que todavía puedo hacerlo, incluso ahora que soy mamá”.

Partida ha sido fanática de la lucha libre toda su vida. Cuando era niña, su papá la llevaba a ella y a su hermano a ver la lucha libre; incluso practicaba la lucha con su hermano. Aunque el fútbol estuvo presente gran parte de su vida, la lucha era su verdadera pasión. Así que, en 2015, decidió entrar al cuadrilátero y perseguir el sueño de su vida.

Se inscribió en la Academia de Lucha Libre , la Big Time Wrestling Academy, en Newark, su pueblo natal. Describió su primer día de entrenamiento en la academia como una experiencia intensa, que la puso nerviosa.

“Al día siguiente y por lo menos durante un mes, estaba adolorida, pero después de un tiempo el cuerpo se acostumbra a todos los golpes”, dijo Partida.

Kimberly Partida, mejor conocida como Alina, arrodilla a su oponente, Jules, por detrás de la cabeza durante el evento Big Time Wrestling Rock the Bells en Newark el 8 de diciembre de 2017. Foto: Gardenia Zuniga-Haro

Su debut como luchadora fue en abril de 2016, pero solo después de su segundo enfrentamiento, recibió una noticia que cambiaría su vida: “Una vez que supe que estaba embarazada, y más todavía, que tendría mellizos, supe dentro de mi corazón que la lucha para mí, había acabado. Sentí que se me rompía el corazón. Lloré como una niña durante mi última práctica. Todos me decían que estaría bien y que eventualmente, cuando fuera mi momento, volvería después del embarazo. Pero sentí dentro de mí que no sería así. Mi vida cambiaría drásticamente”.

Marvin Tejerino Jr. el director de la academia y ella se hicieron buenos amigos. A Tijerino le gusta motivar a los luchadores de la academia y un día le dijo a Partida que después de su embarazo “la única diferencia cuando volviera a la lucha sería que tendría dos pequeños fanáticos que la irían a ver cuándo luchara.

Mientras se enfocaba en criar a sus mellizos, Xavier y Avianna —quienes ahora tienen 14 meses—, ella anhelaba luchar de nuevo. Después de un año y medio de ausencia, ‘Alina’ por fin retornó al cuadrilátero el 8 de diciembre de 2017.

Pero en su segundo enfrentamiento resultó herida: “Resulté noqueada durante la lucha y todos se vieron como congelados”, recordó. “Fue algo difícil, pero estoy lista”.

Partida eligió el apodo, ‘Alina’, como homenaje a su cantante favorita, Selena Quintanilla, cuyo primer nombre le hace rima. Partida también hace su propio guardarropa y su objetivo es diseñarlo con sabor a Quintanilla.

Cuando comenzó su carrera de luchadora, Alina era la favorita de los fanáticos, se le reconocía por una movida que era su sello personal, llamado ‘las tres Alinas’. Pero al volver, ha tomado el papel de villana: se especializa en hacer que la audiencia la odie, al incorporar algunas frases en su primer idioma en español cuando les grita “cállate” o “quítate”.

Kimberly Partida, mejor conocida como Alina, arrodilla a su oponente, Jules, por detrás de la cabeza durante el evento Big Time Wrestling Rock the Bells en Newark el 8 de diciembre de 2017. Foto: Gardenia Zuniga-Haro

“De verdad, se me hace difícil porque estoy siempre sonriendo”, comenta Partida. “Siempre me estoy riendo y me dicen, No sonrías, tienes que ser la mala”.

El entrenador de Alina, Steve Balla, la ha estado entrenando desde que ella comenzó en 2015. Él dijo que Partida es el tipo de luchadora que persiste hasta que la movida le sale bien.

“Al principio estaba preocupado, dice Balla, a ella le costaba entrenar, pero cuando hizo su primera presentación, lo hizo muy bien, tenía una buena actitud y a la gente no le gustaba”.

Mamá de tiempo completo, además de asistente de enfermera, Partida se las arregla para encontrar tiempo y practicar dos veces por semana. Y cuando está en el cuadrilátero, busca entre la multitud a su familia. Sus más grandes fanáticos son su papá y su hermano Jonathan, a los cuales les entusiasma la lucha libre. Jonathan dice que ella lo inspira y a toda la familia Partida.

“Mi familia y sus hijos estamos orgullosos… nos sentimos felices de verla continuar con su carrera en la lucha libre y estamos aquí para apoyarla”, dijo su hermano.

Partida está entrenándose para su próxima lucha en mayo; su objetivo es luchar lo más posible. Es lo que ella ama.

“Quiero demostrarles a mis hijos que pase lo que pase en la vida… siempre puedes hacer lo que quieres si realmente lo amas y sientes pasión por eso; nada te lo puede impedir”, declaró la luchadora. “Nada puede reemplazar el placer y el amor de ser madre. No lo cambiaría por nada del mundo”.