*Nota del Editor: Brandon Tanguma es un estudiante de periodismo, de la clase Medios de Comunicación Comunitarios. Impartida por el profesor Jon Funabiki, la clase es una colaboración con El Tecolote.

Starboy Charlie, con tan solo 17 años, se está convirtiendo en uno de los más notables luchadores independientes en el área de la bahía. Charlie Hilder se enamoró de la lucha en tercer grado de primaria, cuando descubrió la WWE, la mayor promotora de lucha libre en el país. 

Como muchos otros chicos, aprendió a imitar los movimientos que veía en la televisión y llegó a decir a su madre que desearía convertirse en luchador profesional: “Todo el tiempo le decía a mi mamá que quería convertirme en un luchador”, dijo Hilder. 

Blanca Gutiérrez, su madre, atiende el gimnasio Babyface Boxing en Pacifica. Ella vio la pasión de su hijo por la lucha libre y fue así que comenzó a llevarlo a los eventos. Cuando tenía 9 años, conoció a John Cena, la mayor estrella de la WWE, en San José, y fue ese el momento que avivó su deseo de convertirse en luchador profesional. 

“Le mostró a John Cena una foto suya saltando de las cuerdas en mi gimnasio y Cena me apartó un momento para hablarme sobre seguridad; luego le dijo a Charlie, ‘Algún día te veré en la WWE’”, recuerda Gutiérrez.

El área de la bahía tiene una larga historia sobre lucha libre, que se remonta a los 1930. El Cow Palace es una de las sedes icono de la lucha libre en el país, que llegó a realizar el Big Time Wrestling de 1960-1979. En la actualidad, la WWE viene al área de la bahía por lo menos dos veces por año, con cobertura en televisión y algunas veces, incluso, servicio de pago por evento. La escena independiente en el área ha comenzado a ganar notoriedad, por contar con muchas estrellas que se han ido promoviendo por el mundo.

Starboy Charlie. Cortesía: Mark Johnston

Luego de tanta insistencia y algunos muebles destruidos, Gutiérrez contactó a Sparky Ballard, un promotor local y árbitro que administra la Gold Rush Wrestling y tiene su propia escuela de lucha en Pacífica, la Gold Mine. Ella sabía que muy pocos padres harían ese llamado, pero cree en la importancia de dejar a sus hijos perseguir sus sueños: “Él lo sabía desde muy pequeño, y yo no lo detendría”, dijo la madre de Hilder y agregó: “Yo lo dejaría alcanzar sus metas, y si eso era lo que quería, mientras conservara buenas calificaciones, lo apoyaría”.  

Al principio, Ballard estaba escéptico de aceptar a un chico de once años, pero luego de ser convencido por Gutiérrez, se dio cuenta que para sacar la mejor ventaja de las habilidades en un atleta, se debe entrenar duro y adquirir experiencia antes de alcanzar madurez física.

“Para cuando Charlie llegue a sus 21, ya tendrá diez años de experiencia como luchador profesional lo cual es poco usual”, explicó Ballard. “Muchos entran cuando están en sus veintes o treintas, y para cuando llevan diez años, deben retirarse porque su cuerpo ya no puede más, porque la lucha es un deporte para jóvenes”.

Este joven de casi 1.50 metros, 36 kilos y once años de edad, estaba ansioso por pisar el cuadrilátero en su primer día de entrenamiento para aprender todos los movimientos, aunque primero tuvo que aprender todo lo básico: “No tenía idea de lo que sería entrenar para ser luchador. Me presenté mi primer día de entrenamiento con un montón de equipo, que no utilicé porque primero tuve que aprender a cómo armar el cuadrilátero”, cuenta Hilder. 

A los doce años, tuvo su primer combate, haciendo equipo con Dalton Frost en un atuendo con tema vaquero. Hilder no era fan de ese atuendo, pero fue una oportunidad que no podía desaprovechar y de la cual se siente agradecido. Su nombre, Starboy Charlie, comenzó cuando en una ocasión luchó frente a una multitud en un tianguis en Oakland. Le preguntaron cómo debía ser nombrado, y Hilder no supo que contestar. Su promotor miró las estrellas que tenía en sus mallas y pensó en el nombre Avenger Kid Charlie, pero a Hilder no le gustó ese nombre. Poco tiempo después, surgió el nombre Starboy Charlie y desde entonces, se ha hecho llamar así.  

Rik Luxury, un veterano de 21 años, ha conocido Hilder desde que se unió a Gold Mine y dijo haber luchado juntos alrededor de diez veces en el área de la bahía. Ha sido criticado por otros luchadores por tomar sus movimientos de un niño, pero Luxury explica que la lucha es un arte y que Hilder tiene el talento para ello. 

“Ha habido algunos opositores, pero creo que Charlie despierta  la controversia y él acabará con ella”, dijo Luxury. “Si te sientas a ver a este chico luchar, te quedarás con la boca abierta y, al mismo tiempo, él te la cerrará”.  

Hilder se ve pequeño en comparación con sus colegas luchadores, más maduros. De pie junto a uno de 1.70 metros y 56 kilogramos, Hilder es capaz de sacar provecho a su complexión pequeña y destacar por volar con gracia y utilizar su experiencia de luchador amateur para vencer a sus oponentes. 

Sin embargo, su juventud y corta estatura le provocaron un hombre lastimado a la edad de 13. Durante un entrenamiento, aterrizó mal mientras hacía un movimiento que le causó una herida en el hombro que tomó un mes en sanar. Según Hilder, solo ha tenido una contusión cerebral pero es posible que haya recibido más. Actualmente se está recuperando de una herida menor hecha mientras luchaba para la Terra Nova High School en Pacifica. Tenía programado volver al cuadrilátero, pero debido a la pandemia por el COVID-19, el regreso de este Starboy Charlie queda en suspenso.

Aunque no desea asistir a la universidad, sabe que es algo que sus padres esperan de él. De ser por él, solo se enfocaría en su carrera como luchador profesional, pero su madre desea que asista a la universidad, porque sabe a la vez, que la lucha a nivel profesional se trata de un negocio.  

“Cuando cumpla 18, lo mandaré al campamento de la WWE, y él hará todo lo que esté en sus manos para conseguir lo que desea, pero quiero que vaya a la universidad”, dijo Gutiérrez. “[Luchar] no es solo un estilo de vida, es un negocio, y necesita estudiar para saber cómo manejar ese negocio”. 

Hilder tiene varias metas planteadas: para fines del 2020 desea luchar para una de las más famosas promotoras independientes en los EEUU, la Pro Wrestling Guerrilla (PWG) en Los Ángeles, pero su mayor meta es algún día llegar a la  WWE y cumplir la profecía de John Cena.

“Quiero ser un luchador estelar de la Wrestlemania y todas las cosas padres que hay en ello, ser un campeón de la WWE, convertirme en leyenda de la lucha profesional. Se que son metas muy ambiciosas, pero a eso aspiro”.