Claudio Suárez durante su temporada en la selección mexicano de fútbol.

Claudio ‘El Emperador’ Suárez estaba eufórico por ingresar al Salón de Fama del Fútbol Mexicano el 8 de noviembre.

“Estoy muy feliz de estar en la Ciudad de México”, dijo Suárez a El Tecolote en entrevista telefónica. “Porque cuando estás aquí te das cuenta de lo que significa ser inmortalizado”.

Junto con Rafael Márquez, aun en activo, Suárez, de 47 años, es considerado uno de los defensas centrales más dotado que el equipo de fútbol mexicano haya producido. Él es un veterano que ha participado en tres copas mundiales de FIFA: la de EEUU, en 1994; la de Francia, en 1998 y Alemania, en 2006.

“Realmente fue para mí un momento muy emotivo el jugar en la Copa Mundial de 1994”, recordó. “Empecé a llorar porque no podía creer que había llegado tan lejos en mi carrera, y porque creo que es el sueño de cada niño el jugar una Copa Mundial”.

Suárez mantiene el récord en México de 177 partidos disputados con el ‘Tri’, y el tercero más alto en el fútbol internacional (el primero y segundo lugar lo ostentan dos jugadores egipcios, Ahmed Hassan, con 184 y Hossam Hassan, con 178, según los registros de la FIFA).

Aparte de empezar 177 partidos con México, anotó un total de seis goles, mientras jugaba contra jugadores de clase mundial como Gabriel Batistuta, de Argentina; Roberto Baggio, de Italia; Jürgen Klinsmann, de Alemania y Ronaldo Lima y Ronaldinho, ambos de Brasil.

“Cuando juegas contra esos jugadores no tienes tiempo de cometer errores”, comentó Suárez. “Gabriel Batistuta fue un jugador incontenible y fuerte; él tenía un cambio de ritmo abrupto. Ese tipo de jugadores pueden ser considerados monstruos en el fútbol”, agregó.

Este defensa mexicano también jugó en cinco copas americanas, incluyendo la invitación inaugural de México en 1993, donde el equipo terminó perdiendo 2-1 en la final contra Argentina.

También fue capitán del único equipo nacional que ganó un torneo internacional (cuando México venció a Brasil 4-3 en la Copa Confederaciones en 1999).

Comienzo humilde

Suárez nació en Texcoco, México y fue uno de nueve niños de una familia que habitaba una casa pequeña de dos cuartos. La vida era difícil.

“Yo tuve que vivir un niñez muy difícil debido a problemas económicos”, Suárez dijo. “Pero como nosotros [mis hermanos y yo] éramos niños no nos dimos cuenta de la situación”.

A pesar de las dificultades financieras, Suárez encontró consuelo en una pelota de fútbol desinflada, zapatos de fútbol usados y grandes que eran de su hermano y un campo de fútbol de tierra. Pasó horas jugando fútbol en esa cancha, lo que cambiaría el rumbo de su vida para siempre.

Claudio Suárez con un premio en el Club Tijuana en 2012. Foto: Flickr/Hefebreo

Sus padres —Francisca y Vicente Suárez— siempre trabajaron para darles a Claudio y sus ocho hermanos una vida mejor. Su madre vendiendo ropa y su padre trabajando como vendedor callejero de  antojitos mexicanos.

Cuando niño, su madre se lastimó severamente en el trabajo, después de caerse de una escalera. El impacto fue tan grave que casi pierde su pie. Claudio y su hermano mayor, Sergio, recurrían al fútbol para superar la herida de su madre.

Conforme Claudio creció, también lo hizo su deseo de jugar profesionalmente, que fue lo que lo llevó a él y a su hermano a hacer una prueba de selección para el Club de los Pumas. Los dos avanzaron pero, una vez más, las aflicciones financieras suspendieron el sueño de Claudio.

“No teníamos [dinero para el autobús] para pagar los pasajes”,  confesó Suárez. “Nos tomaría dos a tres horas de Texcoco a Ciudad Universitaria, y teníamos que tomar cuatro autobuses de ida y vuelta”.

A la edad de 18, decidió una vez más hacer la prueba de selección para el Club de los Puma. Esta vez con mejor ayuda financiera, pudo quedarse.

El camino a los profesionales es difícil reconoce Suárez.

“Hay miles de jugadores con el deseo de jugar profesionalmente, pero tienes que tener la disciplina y la disposición”, dijo.

Su compromiso, paciencia y dedicación lo empujaron hasta la primera división de fútbol mexicano, donde debutó para Pumas en 1988 y ganó su primer campeonato tres años después. El Emperador obtuvo otro campeonato con Guadalajara en el verano de 1997 y fue subcampeón dos veces en 2001 y 2003 con Tigres.

Después, se mudó a las ligas mayores de fútbol para jugar para Chivas USA de 2006 a 2009, donde se jubiló anotando nueve goles y quedando como defensor del año para dicho equipo dos años seguidos, según los archivos del MLS.

Actualmente Suárez vive al sur de California con su esposa Irma, sus dos hijas Sandra y María y su hijo Claudio Jr. Actualmente trabaja par Fox Deportes como comentarista y analista de fútbol y de vez en cuando trabaja con clubs de este deporte en Los Ángeles.

“Mi sueño sería algún día ser el entrenador del equipo nacional de México”, dijo. “Y ojalá llevarlos a una final de la Copa Mundial”.

Traducción por Jessica Camacho