Amos Gregory, Columnista

Una noche de verano de 2012, caminé por la sección Skid Row en Los Ángeles con un hombre y su hijo. Mientras caminábamos entre los muchos indigentes del área, me contaron que querían crear un proyecto de mural para veteranos sin hogar.

Movido por su convicción genuina, estuve de acuerdo en empezar este proyecto con ellos.

Ese hombre era Fabián Rebolledo. Mientras caminábamos, Rebolledo —quien es un veterano militar estadounidense— me describió sus experiencias con la falta de vivienda, el abuso de sustancias, problemas matrimoniales y legales. Después de más de una década de pesadillas, escenas retrospectivas, arrebatos violentos y la automedicación, empezó a mejorar y querer compartir su proceso con otros veteranos.

Salí de Los Ángeles con un deseo abrumador de crear este proyecto de mural. Desafortunadamente, Rebolledo fue deportado tres días después de nuestra reunión y nuestro proyecto no sucedió.

Fabian Rebolledo en una manifestación en contra de las deportaciones de veteranos y familias, en el frontera EEUU-México. Cortesía Fabian Rebolledo

La historia de un soldado
Rebolledo nació en México y llegó a los EEUU cuando era un adolescente, creció al sur de California. Con el tiempo, ganó su estatus de residencia permanente y se alistó en el ejército en 1994. Rebolledo, a quien los reclutadores militares le prometieron ciudadanía automática, se unió a las filas de miles de militares no ciudadanos pero que sirven en las fuerzas armadas de este país. Contrario a esas promesas, Rebolledo nunca consiguió su ciudadanía.

Durante su carrera militar de seis años, Rebolledo se desplegó como una fuerza de paz en Kosovo, Yugoslavia, siendo testigo de los horrores de la limpieza étnica. Describió cómo quitó cuerpos de civiles asesinados que habían sido arrojados a los tanques de agua potable; la tortura de los detenidos llevados por las fuerzas del mantenimiento de la paz; y el sufrimiento constante de los niños. Estas imágenes han sido el objeto de sus innumerables pesadillas en los últimos 20 años.

Liberado con honores del ejército en 2000, Rebolledo regresó a California con su esposa e hijo. Comenzó su propio negocio de construcción y a vivir su versión del ‘sueño americano’. Con las presiones de una familia joven, nuevos negocios y el trauma de sus experiencias militares, Rebolledo volvió al alcohol para automedicar su dolor. Eventualmente pidió ayuda al Departamento de Asuntos de Veteranos que lo diagnosticó con trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés), cuando ya le había hecho mucho daño a su vida.

Se hizo acreedor a dos DUI (por conducir bajo la influencia del alcohol) y en 2007 declarado culpable de falsificación por un cheque emitido para su negocio. Imprudentemente aceptó un acuerdo de culpabilidad por la condena de falsificación, delito grave que merecía la deportación.

Después de su expulsión en 2012, Rebolledo se instaló en Rosarito, México. Allí encontró solidaridad y camaradería con otros veteranos que habían sido deportados de los EEUU. También creó un proyecto de mural para veteranos deportados, ayudó a construir una casa de apoyo y se convirtió en un defensor de sus compañeros veteranos también deportados o que enfrentan ese proceso.

Fabian Rebolledo y su hijo, Derrick, en Tijuana, México, en 2013. Cortesía Fabian Rebolledo

Otra oportunidad
Después de sobrevivir en México durante los últimos 3 años, la esperanza ha aparecido en el horizonte no sólo para Rebolledo, sino para muchas otros condenados, con la Propuesta de California 47.

Esta Proposición 47 es una ley que reduce sanciones y que fue aprobada por los votantes de California en 2014. La iniciativa reduce la mayoría de los clasificados “crímenes no graves y no violentos por propiedad y drogas” de un delito grave a uno menor. Representa una forma de justicia social para los muchos de miles de californianos que enfrentan condenas por delitos graves, que han resultado en la pérdida de su libertad y oportunidad como ciudadanos.

El 6 de mayo en un tribunal en Pomona, California, el abogado representante de Rebolledo presentó una petición para que su delito por felonía de 2007 sea delito menor bajo la Proposición 47.

El 10 de junio Rebolledo tendrá su audiencia y espera volver a casa.

Para la segunda parte de esta historia de Fabián, leer la edición de El Tecolote del 18 de junio de 2015.