Ilustración por Gustavo Reyes

El año pasado, los cubanos salieron a las calles el 17 de diciembre para celebrar el anuncio de que los EEUU y Cuba restablecían sus relaciones diplomáticas. El anuncio generó la esperanza de poner fin a las graves carencias que diariamente soportan los cubanos debido al embargo. La apertura de la embajada de los EEUU en La Habana el 14 de agosto fue otra señal esperanzadora de que el conflicto y la tensión dominantes en las relaciones entre ambas naciones durante más de medio siglo habían terminado.

El siguiente paso en la normalización de las relaciones es levantar el embargo comercial impuesto en febrero de 1962 la más prolongada sanción económica contra una nación en los tiempos modernos. Mientras el embargo sigue vigente, la reapertura de embajadas es, en gran parte, un gesto simbólico.

El embargo se presenta como el último obstáculo para restablecer plenamente las relaciones entre ambas naciones. Es un remanente obsoleto de una estrategia de la Guerra Fría para derribar al gobierno comunista de Cuba. Si bien no logró alcanzar ese objetivo, el embargo devastó la economía cubana y causó la privación severa en la vida de la mayoría de los cubanos.

Niños juegan en las calles de Cuba. Pese a que los EEUU a restablecido lazos diplomáticos con Cuba, el embargo aún prevalece. Foto Armando Valdez

El cubano promedio no puede conseguir productos cotidianos como aspirina, champú, baterías, lápices y un sinnúmero de otros productos que los estadounidenses damos por sentado. Hermosos edificios antiguos se desmoronan o se encuentran en mal estado por falta de pintura y otros materiales de construcción. Frente a la escasez de combustible y la falta de piezas de repuesto para automóviles, los coches de la época de 1950 en la isla se están consumiendo con el tiempo.

Pero el embargo también ha impactado negativamente a los EEUU. Ha costado a la economía un estimado de $76.8 mil millones en 54 años de pérdida de negocios y comercio, según datos de la Cámara de Comercio de los EEUU.

Tomará un acto del Congreso levantar el embargo. Algunos de sus miembros han declarado su oposición al levantamiento y pedido reformas democráticas en Cuba.

Sin embargo, el mismo congreso nunca exigió reformas democráticas o fin a los abusos generalizados contra los derechos humanos antes de la normalización de las relaciones con China, el país comunista más grande del mundo. Irónicamente, esa relación ha perjudicado gravemente la economía de este país. Ha causado la pérdida de más de tres millones de puestos de trabajo a través de todos los distritos del Congreso de EE.UU, según un estudio reciente del Instituto de Política Económica. Se han disminuido los salarios estadounidenses que en el ramo manufacturero y creó el déficit comercial más grande del país ―$51.4 mil millones para marzo de este año. La reciente crisis del mercado de valores de China acabó con varios miles de millones de dólares en activos en todo el mercado mundial en un día y probablemente causara mucho más daño a la economía mundial antes de que recorra su curso.

En contraste, el embargo a viajes y comercio entre los EEUU y Cuba parece trivial. Sus tintes anticomunistas suenan huecos. El levantamiento del embargo beneficiará a ambas naciones. Se crearán nuevos empleos y oportunidades de negocio para ambas partes; además de aumentar el comercio, los viajes y el turismo para un sinnúmero de empresas de EEUU e individuos, permitirá el reencuentro entre familias expatriadas. Es el siguiente paso lógico e inevitable en la reconstrucción de una relación sana y fructífera entre nuestras dos naciones vecinas.

El doctor Armando Valdez, visitó Cuba en la primavera de este año. Se le invitó a redactar este comentario con sus puntos de vista en torno al significado del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.