Ha habido mucha conversación entre los políticos, líderes escolares y maestros sobre cómo manejar los desafíos del aprendizaje en línea durante la pandemia por la COVID-19. En Arise High School, la preparatoria en Oakland donde imparto clases de español, hemos respondido a las mismas dificultades que muchas escuelas están enfrentando en estos tiempos de pandemia: hemos repartido hotspots para asegurar acceso a internet en casa, organizado entregas de comida a familias una vez a la semana, y recaudado fondos a través de GoFundMe para familias que no son elegibles para los cheques de estímulo del gobierno (por ser indocumentados o por trabajar en la economía informal). Y eso sin considerar nuestros esfuerzos para seguir proporcionando una educación de calidad en una plataforma virtual, una modalidad completamente nueva para muchos.

Personal y una estudiante de Arise preparan para entregar comida a casas de familias durante la pandemia. Cortesía: Emily Gerstner

En todo el ambiente educativo, estamos tratando de planificar para un futuro todavía incierto. ¿Cómo podemos responder, como escuelas y comunidades, al reto de educar a los jóvenes durante y después de una pandemia? Las respuestas no quedan claras aún, pero un buen comienzo es escuchar a las realidades que nuestros jóvenes están viviendo. Les pedí a mis estudiantes de décimo grado que compartieran sus experiencias en casa durante la pandemia y sus perspectivas sobre cómo las escuelas pueden apoyarlos cuando vuelvan a abrir. Aquí, Kenia cuenta su historia:

“Algunos podrán decir que solo tienes un trabajo y eso es ser un estudiante en casa. Pero tengo padres hispanos y para ellos esta pandemia es muy dificil y tengo que ayudarlos en la manera que pueda. Un ejemplo es que yo ayudo a mi mamá a limpiar cada rincón de la casa para que no entre ningún virus. Yo la ayudo para hacer la comida y le doy una mano con los niños para que tenga tiempo para descansar. Yo también ayudo a mi papá. Él es el que tiene que ir a la tienda y mercado a comprar las cosas esenciales para la casa y para nosotros. Ocupa ayuda porque no sabe inglés y no sabe las cosas que ocupa mi mamá en la casa, entonces yo le ayudo para que se le haga más fácil y porque él es el más probable que agarre el virus porque es más mayor que yo. Estas solo son unas cosas que tengo que hacer durante el día. Cuando tengo tiempo hago unos de los varios trabajos que dejan los maestros.

Yo pienso que los líderes de las escuelas deberían saber que no fue fácil hacer todo el trabajo que pude completar. No tenía las fuerza mental para hacer más trabajo. Yo conozco a personas que están siendo afectadas. A quienes han perdido personas muy cercanas a ellos por este virus. Tener que estar enfrente de la computadora mientras hay una pandemia que nos está afectando es casi imposible. Tener que ayudar a mis padres para poder seguir nuestras vidas no es fácil. Tener una casa llena y no tener tiempo para uno solo es complicado. Yo pienso que cuando abran las escuelas que nos den un poco de espacio para expresarnos. Estar encerrado tal vez abrió puertas para unos y se conocieron un poco más de ellos mismos. Puede que otros no estén en la mentalidad que quisieran y necesitan un poco de espacio. Saber cómo manejar el estrés y cuidar la salud mental es lo más importante que uno puede hacer en esta situación tan complicada. Espero que ustedes puedan reconocer y entender que en verdad nos afectó.”

Otra estudiante, Ahtziri, también imagina un ambiente escolar que le puede ayudar a recuperarse después de la pandemia:

“Cuando las escuelas abran de nuevo, espero que los maestros tomen todo con calma. Quiero que nos repasen todo lo que aprendimos para poder entender todo bien, y también enfocarnos un poco en nosotros porque muchos ya están desacostumbrados a lo que hacían antes. Ahora todos estamos enfocados en la limpieza de la casa, mantenernos salvos y saludables, y lo que quiero es que al regresar, los maestros y staff nos ayuden a encontrarnos de nuevo”.

Antes, el rol de estudiante, y el tiempo y el espacio para serlo, era claramente ubicado en la escuela. Ahora, nuestros alumnos mayores tienen que balancear sus estudios con responsabilidades aumentadas en casa y familia. Literalmente tienen que buscar el tiempo y el espacio para ser estudiantes ahora. Están haciendo lo mejor que pueden, mientras el rol de la escuela en sus vidas está cambiando. No es correcto imaginar un futuro donde “volvemos a lo normal” después de esta pandemia, cuando todo el mundo ya cambió. Como escuelas y comunidades, nos toca construir una nueva normalidad que no solo eduque a nuestros jóvenes, pero que realmente cuide al estudiante entero.

Si desea contribuir a la campaña GoFundMe para familias de Arise High School, puede donar usando este enlace: https://gf.me/u/x32y73. Todos los fondos recolectados van directamente a las familias de Arise High School que han solicitado asistencia financiera.