Al igual que muchos otros negocios afectados, los museos de San Francisco han permanecido cerrados desde que entró en vigencia la orden de confinamiento por la pandemia a mediados de marzo. Desde entonces, los museos han tenido que adaptarse rápidamente al mundo digital,  y transformar sus colecciones y programas en experiencias atractivas. Reconociendo el valor de la conexión, muchos museos locales han utilizado esto como una oportunidad para renovar su presencia en las redes sociales. 

Al mismo tiempo, estas instituciones no han sido inmunes al golpe económico de la COVID-19, lo que ha resultado en despidos masivos. En medio de todas las angustias y tensiones diarias surgidas, el 25 de mayo quedó registrado el brutal asesinato de George Floyd en un video de nueve minutos que obligó a todos, incluidos los museos, a participar públicamente en conversaciones muy necesarias y postergadas.

Las secuelas de dicho acto y las protestas globales contra el racismo obligaron a todo tipo de organizaciones y empresas a tomar una posición en lo que será un punto crítico en nuestra historia. En todo el país, las redes sociales y las páginas de inicio de los museos se inundaron de declaraciones, algunas de las cuales recibieron críticas y presiones para hacer más. Algunos argumentan que estas declaraciones de solidaridad  por parte de los museos aparecían principalmente ‘maquilladas’ y otros críticos como Hollan Corter las calificaron de ‘autoengrandecimiento y poco demasiado tardías’.

Los museos locales como el MoAD (Museo de la Diáspora Africana) y el Museo Mexicano participaron en #BlackoutTuesday, mientras que otros compartieron obras de arte de artistas negros o publicaron mensajes de solidaridad por parte de los líderes de las instituciones. En respuesta, las personas expresaron su preocupación por la respuesta lenta de los museos, las ‘declaraciones vagas’ y su participación en la perpetuación de sistemas opresivos dentro de sus propias organizaciones.

Ilustración: Gus Reyes

Para muchos, las declaraciones escritas de los museos solo están rascando la superficie de un problema mayor dentro de sus sistemas. Como señaló en ArtNews, el crítico Antwaun Sargent recurrió a Twitter y escribió: “¿Importan las vidas negras en su equipo curatorial o junta? ¿Importan en sus colecciones y espectáculos? tienen que ganarse el derecho a decir que las vidas negras importan”. Museos como el Museo de Arte Asiático y los Museos de las Bellas Artes de San Francisco (el de Young y Legión de Honor), han prometido públicamente trabajar para abordar el antirracismo al interior de ellos mismos. En su declaración escrita, los Museos de Bellas Artes de San Francisco se han comprometido a “desmantelar los sistemas racistas” internamente y a proporcionar “un plan de acción”. Hasta el día de hoy, ningún plan de ninguno de esos museos ha sido publicado. Por su parte, el Museo de Arte Asiático dijo que su primer paso era “mirar hacia adentro” y enfrentar la historia de cómo surgieron los museos y, en su caso, abordar de quién obtuvieron la mayor parte de su colección. Después de mucha presión local y nacional para reexaminar a las personas detrás de nuestras estatuas públicas, el director Jay Xu anunció la eliminación del busto de Avery Brundage que “defendió puntos de vista racistas y antisemitas”. En una entrevista para The Art Forum, Xu dijo: “Examinar el registro, hacer preguntas difíciles y reescribir la historia es lo que hace un museo”.

Uno de los temas más controvertidos es la alarmante censura por parte de SFMOMA hacia el ex empleado negro, Taylor Brandon. El 30 de mayo, SFMOMA publicó “Somos negros y fuertes”, frase tomada de una obra de 1996 del artista Glenn Ligon, como respuesta a la muerte de George Floyd, en la que Brandon comentó y llamó a esto “una evasión”. Brandon expresó su crítica al SFMOMA por usar las obras y voces de los artistas negros “durante una oleada de luto y dolor negros”. Desde entonces, SFMOMA se disculpó por la decisión altamente criticada de eliminar su comentario y desactivar otros nuevos. El incidente fue seguido por una ola de apoyo a Taylor, que incluyó una carta de los empleados actuales y anteriores del museo desaprobando la “censura racista” del museo e instando a todos los museos a “aprender de los errores que el SFMOMA ha cometido”. Taylor Brandon, Nure Collective y algunos otros colectivos del Área de la Bahía formaron No Neutral Alliance como una “oposición directa de la censura racista del SFMOMA” con el objetivo de destruir “las bases anti-negras de los museos”. No Neutral Alliance ha anunciado recientemente su residencia en el Complejo de Arte y Cultura Afroamericano y su proyecto, ‘La verdad está en juego’. Su proyecto mural “hablará de la continua lucha de los negros que trabajan en museos y grandes instituciones culturales” e invitan a cualquier artista o profesional del arte negro a enviar un correo electrónico a NoNeutralAlliance@gmail.com para compartir su experiencia.

A la luz de los eventos públicos que se desarrollan en los museos, los empleados antiguos y actuales en todo el país se sienten facultados para compartir sus historias y tomar acciones colectivas para responsabilizar a las instituciones. Las redes sociales han brindado un espacio para ampliar las voces entre personas de diversos orígenes, compartir sus experiencias vividas, romper conversaciones aisladas y alimentar la pasión por hacer avanzar los museos. Con más gente hablando, hay un patrón claro en los problemas que todos los museos enfrentan internamente y el comportamiento repetido que causa daño. El camino hacia el progreso es largo, difícil, y a veces doloroso, pero el cambio es emocionante, inevitable y necesario para que continúe la existencia de museos. 

Nota del editor: Maria Egoavil trabaja para los Museos de las Bellas Artes de San Francisco, de Young y Legión de Honor. Antes de unirse al equipo de Programas Públicos en mayo de 2019, estuvo en otros museos locales, y desde entonces ha obtenido mucha información sobre experiencias personales y laborales. A través de estos artículos, espera arrojar algo de luz sobre el trabajo importante, las conversaciones y los problemas que actualmente están sucediendo en nuestras instituciones culturales locales que afectan a nuestras comunidades.