Proyecto Mural de Veteranos Deportados en Playas de Tijuana, México. Foto Fabian Rebolledo

Héctor Barrios, anciano, soldado veterano de los EEUU, graduado con honores, deportado, falleció en la mañana del pasado 20 de abril en Tijuana, México. Tenía 70 años.

Héctor Barrios nació en Tijuana, el 4 de junio de 1943. En 1961, a la edad de dieciocho años, emigró a este país. Se instaló en el área de Los Ángeles donde vivió pacíficamente durante seis años mientras aprendía la lengua de su país de adopción y se incorporaba a la comunidad latina local.

En 1967 Héctor recibió una carta que cambiaría para siempre su vida y desgarraría sus recuerdos entre tres países. Había recibido una notificación de alistamiento por parte del Servicio de Selección. En lugar de desatender su aviso de alistamiento o huir del país, Héctor se alistó en el ejército. En 1968 fue enviado a Vietnam con la 1ª División de Caballería, que es una de las divisiones de combate más condecoradas en la historia del Ejército de los EEUU.

Una vez en Vietnam, Héctor experimentaría durante once meses la ansiedad, el miedo constante y el panorama diario de la destrucción de la guerra. Fue herido en combate, tanto física como mentalmente. En una entrevista privada, Héctor describió su experiencia en Vietnam con estas palabras: “Fue un año —fuego enemigo todos los días, de todo— la lucha, no se sabía si ibas a volver a casa (…) cambia la vida de uno —lo cambia todo, regresé loco.”

Al igual que muchos veteranos de Vietnam, Héctor regresó a casa sufriendo de los síntomas de PTSD (Trastorno de Estrés Postraumático, en sus siglas en inglés). Por desgracia, no había diagnóstico oficial o tratamiento para dicho trastorno en aquel tiempo y muchos veteranos recurrieron a la automedicación para ocultar el dolor del combate, y el hecho de que habían luchado en una guerra impopular que la sociedad estadounidense quería olvidar. Héctor se convirtió en uno de ellos, y sin estructura de apoyo adecuado del gobierno se convirtió en mudo y sus adicciones personales se trocaron en una nube oscura en su vida, que no terminaría hasta su último aliento.

En el intento de sanar sus heridas, Héctor buscó ayuda durante décadas, pero encontró pocos recursos y orientación. Finalmente, sería condenado por un delito grave por drogas y deportado a su país natal. Sin ningún tipo de atención médica del Departamento de Asuntos de Veteranos de Guerra, bloqueado para recibir cualquier beneficio cotizado de la Seguridad Social, Héctor hizo lo posible por ganarse la vida en Tijuana. Trabajó en restaurantes durante años para sobrevivir sin saber que era elegible para el tratamiento que se había ganado con todo derecho.

Hector Barrios, en 2013, frente al Proyecto Mural de Veteranos Deportados en Playas de Tijuana, México. Foto Griselda St. Martin

Tuve la oportunidad de conocer a Héctor varias veces en el 2013 a través de un proyecto de mural que creé con los veteranos deportados en Tijuana, llamado ‘Deported Veterans Mural Project’ (ProyectoMural De Veteranos Deportados). Muy querido, respetado y buscado por los abogados para aconsejar a sus compañeros veteranos deportados; era el mayor de todos ellos, y se había convertido en un anciano respetado dentro de la comunidad.

Con la ayuda de una organización de apoyo, Veterans Without Borders (Veteranos Sin Fronteras), Héctor tuvo el coraje para ponerse en contacto con el Departamento de Asuntos de Veteranos de Guerra (VA, en sus siglas en inglés) y presentar una reclamación de compensación más de 40 años después de haber sido traumatizado por la guerra de Vietnam. Como atestigua el bien documentado retraso en las reclamaciones del VA, Héctor se vio obligado a esperar durante años el fallo de la VA.

Por desgracia, el 20 de abril de 2014, el corazón de Héctor dejó de latir, y murió. Su mente finalmente había encontrado un refugio tranquilo de las imágenes de la guerra. Lamentablemente su muerte no se produjo en el país por el que había luchado y sacrificado su cordura, fue en una casa pequeña y modesta en Tijuana, México.

La ironía de la muerte de Héctor resalta aún más la injusticia de los veteranos deportados, ya que la única manera de que Héctor pudiera haber llegado de nuevo a los EEUU era para enterrar sus restos en el Cementerio Nacional de Veteranos en San Diego. Él eligió que no fuera así, y su último deseo fue que su féretro fuera escoltado por sus compañeros veteranos deportados, sus hermanos de armas y sufrimiento.

Héctor Barrios fue sepultado en Tijuana, México acompañado de los más cercanos a él: veteranos deportados.

Amos Gregory es un artista, activista y soldado veterano discapacitado de EEUU. Es el fundador del Proyecto de Mural de Veteranos en San Francisco, Cofundador del Proyecto de Mural de Veteranos Deportados en Tijuana, México y Cofundador del Proyecto de Mural de Veteranos de Puerto Rico en San Juan, Puerto Rico. El trabajo de Gregory incluye dar voz a las comunidades sin voz en los EEUU y en el extranjero. Sus escritos se pueden encontrar en www.amosleegregory.com.

—Traducción Emilio Ramón