“¡Ahí viene la plaga, le gusta bailar!

Y cuando está rockanroleando 

¡Es la reina del lugar!”

— “La Plaga”

Enrique Guzmán, cantante mexicano

Carlos Barón

VERACRUZ, MÉXICO—En estos tiempos de cuarentena, mientras el mundo se resguarda en sus casas (excepto los que no la tienen), todo tipo de respuestas a la crisis comienzan a aparecer en los medios sociales. Usamos y abusamos de fonos, tabletas y computadoras con mayor frecuencia que cualquier otro aparato. ¿El virus del ‘Internet’?

Sin embargo, puesto que El Tecolote se publica dos veces al mes, estos tiempos nos otorgan la maravillosa oportunidad para revisar detalladamente algunas respuestas, reacciones y conversaciones relacionadas con el asalto del coronavirus a la humanidad.

Y las respuestas, sugerencias y bromas son variadas y entretenidas.

Aún cuando la afiebrada forma en que dicho virus ha atacado a la humanidad ha creado mucho temor, también ha abierto puertas hacia una sensación, un ideal, una creencia, entre muchos “veteranos/as que estamos más amenazados/as”, algo que pensábamos había desaparecido: la idea de la solidaridad. ¿Tal vez los más jóvenes también lo sientan y tomen el liderazgo en la lucha? En la sociedad actual, la solidaridad entre sus líderes escasea.

Nos hemos sentido frustrados por tanto tiempo, que el escepticismo reina entre nosotros y a veces confundimos la verdad con la mentira. O en el caso de la política, pareciera que la mayor parte de la gente en los EEUU creyera en este dicho: “Más vale diablo conocido que diablo por conocer”.

Ilustracíon: Alexia Huerta

Abandonados por aquellos supuestos líderes, ya sea por su incapacidad u otro mal, como la codicia, la falta de empatía y compasión, generalmente los despreciamos, por ineptos. Así, debemos de encontrar otras maneras de combatir este agresivo enemigo común, el coronavirus.

Para ser justos, si el gobierno federal es lento en reaccionar frente al ataque viral, la solidaridad también puede ser provocada o fomentada por líderes al nivel estatal, por gobernadores, alcaldes, supervisores o superintendentes escolares. Felizmente, existen muchos ejemplos positivos de liderazgo en todo el país. Más importante, en todo el mundo. No podemos olvidar que los EEUU son parte del mundo, no el centro del universo. La lucha es global y el virus no conoce de fronteras.

Cuando niño, en Chile, escuché mucho esta frase: “¡Cómete toda la comida! ¡Piensa en los niños pobres de la China!”. Creo que esa frase también se usó (o se usa) en otros países, incluyendo en los EEUU. Nosotros, niños occidentales, raramente preguntamos detalles acerca de esos niños en China y obedientemente comemos la sopa. Creo que entendemos que era una muletilla, una frase sin mucho sentido que nos incitaba a limpiar el plato. No era ni amenaza ni alerta.

Ahora pienso que ese dicho tal vez fue uno de mis primeros ejemplos de la palabra solidaridad. “Los niños pobres de China no tienen comida, me lo comeré todo. ¡En su nombre!” Siempre piensa en otros, aunque estén muy lejos. ¿Tal vez? ¡Por qué no!

Pero el tipo de solidaridad que está despertando en la población ante este ataque viral, es interesante y esperanzador. Debido a los medios sociales, tal vez sea una solidaridad más contagiosa. Podemos ver cómo la gente en Italia, España —o en China— reaccionan a la cuarentena, saliendo a los balcones a cantar, o vemos a los peces, aves y otros animales que comienzan a ocupar áreas, como reclamando sus territorios hace tiempo perdidos. Al final, la mayoría de los devastadores virus ocurren porque los humanos destruimos todos los entornos naturales, animales o de otro tipo.

En tiempos de preocupación e incertidumbre, la gente trata de ser más positiva y generosa. Ayer, por ejemplo, recibí una excelente receta para preparar una sopa, enviada por un pintor muralista a quién no conocía como cocinero. Luego, me salí del sofá para una clase de zumba que un ex-maestro de mi gimnasio enseñó. Más tarde, abrí enlaces a películas gratuitas que alguien subió a la red. Todo eso me ayudó a escribir esta nota.

Tal vez el mayor desafío sea el reconocer que este coronavirus no solo es una terrible plaga, sino una posibilidad de cambio en todo el mundo. Al derrumbarse viejos y opresores sistemas políticos patriarcales, nuevas posibilidades aparecerán.

Aquellos que tradicionalmente han controlado esos sistemas que se derrumban, van a buscar oportunidades de seguir controlando, de aprovechar el caos para hacer dinero sucio en la banca, o controlar el mercado de la vacuna para el virus, o seguirán echándole la culpa a otros países y razas por sus propios errores y falacias. ¿Que se deshielan los polos? ¡Una oportunidad de ganar dinero!

Debemos parar las ideas codiciosas e instaurar la solidaridad humana. La solidaridad con la Madre Naturaleza (o Pachamama) es esencial. Tal vez ésta sea una crisis que Madre Natura nos envió. No es un castigo, sino un aviso. Y tal vez sea una oportunidad para acabar sistemas que nunca han tenido el concepto de solidaridad en su ADN.