[su_label type=»info»]CARTA AL EDITOR[/su_label]

Querido Editor:

Con la “Semana del Niño Pequeño” [la celebración anual de educación temprana organizada por la Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños] concluida el 16 de abril, es un momento importante para llamar la atención de todos sobre el problema generalizado en los bajos los salarios en la educación a nivel de primera infancia (ECE, por sus siglas en ingles). Aunque ECE es importante para los niños, las familias y la sociedad, los educadores a ese nivel cuentan con los salarios más bajos de todos los graduados universitarios. El problema de muchos años de retención de los educadores de la primera infancia está siendo exacerbada, especialmente en las zonas de alto costo de vida como San Francisco. El ingreso mensual de un educador de la primera infancia es menor al promedio del alquiler mensual de un apartamento de un dormitorio en San Francisco. Los directores del programa están notando el impacto: ofertas de trabajo permanecen vacantes durante más largos períodos de lo que han experimentado antes.

Lo que complica las cosas es que el cuidado de niños, la solución no puede ser asumida por los individuos. Ambos padres trabajando duro y los maestros que cuidan y educan a los niños pequeños han subvencionado el sistema lo más que han podido. Los salarios bajos no permiten que los profesores permanezcan y las matrículas más altas harán que el cuidado infantil quede fuera del alcance de las familias de ingresos medios y bajos.

Los actuales subsidios estatales no cubren el costo de la atención y la educación de nuestros niños más pequeños. Irónicamente, en los condados de alto costo de vida como el nuestro, los centros de cuidado infantil con los subsidios más bajos son los que reciben una tasa estatal estándar, por lo tanto luchan al máximo para cubrir los costos. Estos son los mismos sitios que sirven a nuestras familias de más bajos ingresos, y que también tienen más regulaciones a fin de proporcionar estructuras de apoyo con atención de alta calidad tales como un menor número de hijos por cada maestro. Para cumplir con el objetivo de servir a las familias de bajos ingresos con la más alta calidad, estos sitios deben ser subvencionados para cubrir el costo de la atención.

Una gran parte del costo de la atención y la educación es la paga del maestro. Sin embargo, la paga es tan baja en el campo de ECE que muchos proveedores de cuidado infantil obtendrán un aumento con la alza al salario mínimo de San Francisco, pero los que tienen años de experiencia, conocimientos y grados en ECE obtendrán por mucho lo similar a un profesor de nivel educativo K-12 o de otros empleados.

Como comunidad tenemos que hacernos oír y asegurar que los educadores de la primera infancia tengan los recursos necesarios para cuidar de sí mismos y de sus propias familias, para que sean capaces de proporcionar el cuidado y la educación que merecen los más jóvenes. Empecemos con que reciban un salario similar a los educadores de nivel K-12 y trabajemos juntos para hacer que San Francisco sea habitable para las familias y educadores.

Sinceramente,

Sara Hicks-Kilday
San Francisco Child Care Providers’ Association