“Cuando dejé mi familia en México para venir a los EEUU, mis hijas eran muy chicas y necesitaban mucho de mí, pero no tenía para darles estudio”, recordó María Inocencia Benítez. Foto Zoë Clara Dutka

María Inocencia Benítez, miembro de La Colectiva, conformada por trabajadoras domésticas del Área de la Bahía recordó: “Cuando dejé mi familia en México para venir a los EEUU, mis hijas eran muy chicas y necesitaban mucho de mí, pero no tenía para darles estudio”.

Su historia es una entre varias que se presentará el 13 de mayo en una obra de teatro en proceso de creación. El motivo es humanizar y dignificar la lucha a la que se enfrentan muchas inmigrantes cuando vienen a trabajar a los EEUU.

Representada como lectura dramatizada, la narración abre al espectador un mundo de drama muy realista que corre a la par de nuestras vidas.

“Creo que a la gente le da curiosidad saber todo lo que venimos batallando desde que salimos de nuestra tierra”, reflexionó Benítez. “No soy actriz profesional … pero voy a expresar cómo me sentía cuando estaba corriendo en el desierto, aterrada por el miedo y la incertidumbre”.

El proyecto lo dirige Bill Shields —presidente del departamento de Estudios Laborales y Comunidad del City College de San Francisco. Evoca la tradición dramática del Teatro del Oprimido, una herramienta de justicia social influenciada por el pedagogo brasileño Paulo Freire.

El recital se compone de historias de México, Guatemala, Honduras y la República Dominicana. Transcurre el viaje de cada mujer desde la partida de su tierra hasta su llegada a los EEUU. La segunda parte de esta obra que se presentará en otoño de este año, abordará las realidades y anhelos cotidianos de estas mujeres, así como la influencia positiva de La Colectiva.

Guillermina Castellanos, cofundadora y directora de La Colectiva tiene la esperanza de que la presentación recabe apoyo para el AB 241, la Carta de Derechos de los Trabajadores Domésticos de California que protegerá sus necesidades básicas como el pago de horas extra, descansos y comidas, e indemnización por accidentes laborales.

Además de ser una portavoz legal para contrarrestar la explotación de las trabajadoras domésticas, La Colectiva también ofrece muchos servicios sociales y promueve actividades culturales.

“Es una esfera donde como mujeres compartimos lo que nos falta en la casa y en el trabajo: el cariño, la compañía y el respeto,” dijo Castellanos.

María L. Fernández agradece haber encontrado la organización. “Pasé mis primeros dos años acá sin ni un amigo. Iba del trabajo a la casa, y a veces los empleadores no me pagaban. Al integrarme a La Colectiva, aprendí muchas cosas de mujeres que se encontraban en la misma situación; a dónde ir al doctor y cuáles son mis derechos como trabajadora”.

Castellanos, una reconocida luchadora de los derechos laborales, espera que el proyecto exponga la imagen estigmatizada de la mujer inmigrante que viene a limpiar.

“Tenemos una voz, una historia y muchas veces una gran tristeza por todo el abuso que hemos soportado”, explicó. “¿Acaso creen que deseábamos perder nuestra cultura, nuestras raíces, nuestra identidad? Estamos aquí por sobrevivencia humana”.

Ella indica que la actual violencia que aqueja a México puede estar vinculada a la cantidad de familias separadas por la migración. “Muchos de nosotros dejamos los hijos atrás para poderles proveer. ¿Qué tipo de decisión es esa?”, agregó.

“La Colectiva ha ayudado a muchísimas mujeres, incluyéndome”, dijo Fernández. “Pero hay muchas más a quienes les hace falta ese apoyo. Para poder continuar este trabajo necesitamos un local, personal, recursos… eso quiere decir necesitamos apoyo de la comunidad”.

La obra se presentará el lunes 13 de mayo a las 6:30 pm, en el aula 133 del edificio Creative Arts en el campus Ocean del City College.