Jean Franco, vestido de Frida Kahlo, en su casa en la Misión. Foto Mabel Jiménez

Jean Franco, joven cuya presencia transmite luz y simpatía, además de abrir la puerta de su casa de la Misión —que bien puede ser una galería de arte por tantos libros, fotografías, grabados y vestuario— abrió las puertas de su corazón para encarnar el alma de Frida Kahlo.

“Cuando descubrí a Frida en mí no tenía suficiente coraje para decidir lo que quería ser, pero su vida y obra me dieron el valor que necesitaba”, declara Franco.

Su físico permite trazar con facilidad semejanza con Frida Kahlo (1907–1954), “un personaje espléndido, una pintora visionaria, una figura de la izquierda y una tradición elegida y revivida”, según el fallecido escritor Carlos Monsiváis.

Filipino de origen, formado en el seno de una familia conservadora, Franco emigró a los EEUU a la edad de 12 años para vivir con su madre. “Nunca tuvimos una buena relación, porque para ella, ser gay era algo vergonzoso”, declaró.

Además del parecido físico y formación artística le une a la pintora su actitud retadora con la cual ha decidido vivir.

“A mis 18 años tomé mis cosas, dejé mi casa y comencé mi vida independiente, indagando quién era y cuál mi propósito en esta vida (…). Venir a los EEUU me permitió descubrir nuevas formas de pensar, tener diferentes expectativas y conocer cómo es la vida para los indocumentados, como lo fue mi mamá”.

Jean Franco

Con sacrificios y mucho trabajo solventó sus estudios de arte en Berkeley, enfrentando prejuicios de una sociedad que “tristemente, aún con tanto conocimiento acumulado, sigue presionando a quienes somos diferentes”, en opinión de Franco.

Desde una perspectiva artística asumida con seriedad y compromiso, Franco sabe que el concepto Frida Kahlo va más allá de una tendencia, sin pretender ser uno más de quienes tratan de revivir la popular figura de esta pintora.

En 2005 Franco decidió disfrazarse de Frida Kahlo para un Halloween, dejando asombrados a sus amigos latinos por su gran semejanza con la pintora mexicana. Desde entonces, concibió la idea de personificar y rendir tributo a la vida y obra de Kahlo, asumiéndolo como expresión artística y refugio para encontrarse a sí mismo.

Franco refiere las incontables coincidencias que lo unen a Frida desde aquel entonces.

En 2008 asistió a un ‘Frida Kahlo model casting call’ en la Galería de la Raza. En 2012, fue invitado por René Yáñez a participar en una exhibición de moda de Jean Paul Gautier en el DeYoung Museum, organizado por el Consulado General de México y El Museo Mexicano.

Su retrato aparece en un libro conmemorativo del SFMOMA. También viajó a México y durante su visita a La Casa Azul -Museo Frida Kahlo, le retrataron en el Castillo de Chapultepec, las pirámides de Teotihuacán y otros lugares del centro del DF personificando a la pintora mexicana.

“Comencé a prestar atención a todas estas coincidencias cósmicas, tratando de entender qué es lo que hay en mí para que estén sucediendo y me relacionen física o simbólicamente con Frida. No me queda más que estar muy agradecido por todo lo que me une a un personaje tan importante”.

Fotógrafo, bailarín, actor de teatro y cine , a Jean Franco le respalda un vasto trabajo. Ha actuado en la película Milk (2008) —el chico que vende flores a quien besa Sean Penn—, de extra en La Mission (2009) —filme de Peter Bratt—, y en Infinity and Chashu Ramen (2013) dirigida por Kerwin Berk.
También es músico —toca el violín y el koto— y activista defensor de los derechos de los gays.

Para Jean-Frida —a quien se avecinan muchos proyectos artísticos— reconocerse “como un ciudadano del mundo (permite) celebrar la riqueza que existe en cada uno de nosotros, lo que evidencia lo maravillosos y únicos que somos”.

En Facebook, es posible localizarlo como “I am Frida Kahlo”.