El actor Michael Peña encarna al líder sindical César Chávez en la película homónima del director mexicano Diego Luna. Fotograma cortesía Pantelion Films

Esperada con mucha expectación, César Chávez, dirigida por el actor, productor y director mexicano Diego Luna, es una película que si bien no es todo lo buena que podría haber sido, era necesaria y debemos ir a ver.

César Chávez recorre momentos clave en la lucha del líder campesino por los derechos de los trabajadores agrícolas en el pueblo de Delano, en el Valle de San Joaquín de California.

Esta lucha tuvo lugar en un tiempo anterior al movimiento por los derechos civiles. Los trabajadores agrícolas eran tratados como bestias sin ningún tipo de protección frente al abuso de mayordomos y terratenientes.

Fue en el tiempo anterior a la creación de la Unión de Campesinos (UFW), que los trabajadores filipinos comenzaron las primeras huelgas contra los patrones para exigir unas condiciones laborales y una paga justa. Tras superar ciertas desavenencias, los latinos, con César Chávez a la cabeza, se unirían a ellos.

De ahí, el filme recorre hitos en la lucha de Chávez y del UFW por la justicia social —el boicot a la compra de uvas, la marcha a Sacramento, la audiencia del Senado, la huelga de hambre, el encarcelamiento.

Si bien la labor historiográfica de la película es excelente, los personajes carecen de profundidad y la historia se siente forzada por querer ‘cumplir’ con la rigurosidad histórica y la corrección política, lo que provoca cierta asfixia en la narrativa. Especial ejemplo de esta pobreza narrativa es el plano secuencia sobre la huelga de hambre.

La película es una coproducción mexicano-estadounidense y está distribuida en los EEUU por Lionsgate Entertainment y el Grupo Televisa bajo la rúbrica de Pantelion Films.

Está realizada con muchos medios e incluye a renombrados actores tales como  Michael Peña (César Chávez), América Ferrera (Helena Chávez) y Rosario Dawson (Dolores Huerta) entre otros.

Envuelta en un edulcorado papel de regalo al estilo de Hollywood, César Chávez está hecha para provocar buenos sentimientos y hacer sentir bien al público. Si bien es mediocre, es una película necesaria que todos debemos ir a ver.

Diego Luna, director de «César Chávez», lee El Tecolote antes de la exhibición de su película en Berkeley, California. Photo Mabel Jimenez

Entrevista con Diego Luna

¿Cómo se siente ser parte de un proyecto sobre un líder latino tan renombrado?
Me siento muy honrado de usar a César Chávez como ejemplo para hablar con nuevas generaciones que quizá no conocen la historia.

Creo que se ha celebrado poco a César Chávez. Se festeja en California pero es ignorado en otros estados. Una clara muestra es que no había una película sobre él.

Quiero mandar un mensaje a la gente que toma decisiones en este país. Queremos que nuestras historias se representen en el cine, queremos que se celebre a nuestra comunidad en el cine.

Un país que hace historias sobre cualquier historia heróica no se ha detenido a celebrar no sólo a César, sino al movimiento campesino en los años 60 y 70, y los grandes logros que tuvieron.

Hace años fundaste Canana Films para producir y distribuir cine latino comprometido socialmente. ¿Fue así que te involucraste en este proyecto?
Somos una compañía que empezamos hace muchos años en México, ya llevamos más de 20 películas hechas.

Abrimos una oficina en California y empezamos a ver cómo conectar con ese público que está del otro lado de la frontera y que tiene tanto que ver con nosotros y del cual estamos tan desconectados.

Contar la historia de César Chávez nos pareció un gran primer paso para empezar a trabajar en esa posibilidad de compartir más nuestras historias, celebrarnos unos a otros.

El cine, como director, toma tres o cuatro años de tu vida. Si eres honesto, acabas hablando de algo que te preocupa.

¿Cómo trabajasteis en el guión?
El trabajo de la escritura del guión fue muy cercano con la familia, sobre todo con Paul Chávez, hijo menor de César, quien lleva la Fundación Cesar Chávez. Hicimos mucho trabajo de investigación de la mano de ellos. Marc Grossman, quien trabajó muchos años muy cerca de César, también nos asesoró mucho. Era como su encargado de relaciones públicas y le ayudaba a escribir sus discursos.

También tuvimos encuentros con Helen Chávez (esposa de César) y Arturo Rodríguez, presidente del UFW, quien nos ayudó a entender qué hacía distinto a César, cómo era que se ganaba la confianza de la gente. Nuestro guión se enriqueció a medida que encontrábamos más personajes que estuvieron cerca de él.

Las entrevistas con la gente cercana a él era lo que más nos daba esos pequeños rasgos íntimos que nos permitió contar una historia verdadera.

¿Van a subtitular la película al español para los latinos de los EEUU?
Es algo complicado. ¿Qué pasa con la gente que no sabe leer? Va a haber unas salas de cine donde vas a poder irla a verla doblada al español.

También van a lanzar una aplicación que va permitir sincronizar tu teléfono con la película. Las familias en las que la primera y segunda generación hablan perfecto inglés pero los padres o abuelos no lo hablan pueden ir y compartir la película juntos.