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Caleb Duarte es mejor conocido por usar materiales humildes para hacer declaraciones audaces. Mediante diversos equipos de mano de obra y tierra, cuestiona las leyes e instituciones establecidas que afirman proporcionar refugio a los morenos, cuando de hecho, estas leyes y estructuras institucionales han provocado violencia, desplazamiento y genocidio.

Duarte nació en El Paso, Texas, se crió en una pequeña ciudad agrícola en el Valle Central y comenzó a hacer arte a una edad temprana. Desde entonces, ha producido obras públicas y actuaciones comunitarias en todos los rincones del mundo: India, Cuba, Honduras y México, entre otros.

Junto con su colega artista Mia Eva Rollow son fundadores EDELO, un espacio de arte en Chiapas, México, donde los creativos están invitados a quedarse y colaborar. El nombre es un acrónimo español que se traduce como ‘donde solían estar las Naciones Unidas’.

De hecho, este espacio llegó a ser como resultado de la desilusión de Duarte y Rollow con respecto a las supuestas instituciones ‘santuario’. En 2009, después de que más de 100 miembros de la comunidad indígena desplazados ocuparon las oficinas de la ONU en Chiapas con la esperanza de obtener atención internacional de las organizaciones humanitarias, la ONU simplemente se mudó a una nueva ubicación.

“Mantuvimos ese nombre [EDELO] para desafiar a las instituciones y su papel que desempeñan”, explicó Duarte. Este tema de responsabilizar a las instituciones es una constante en todos sus proyectos.

A través del trabajo realizado con EDELO, vino ‘Zapantera Negra’, un proyecto suyo en colaboración con Rigo 23, Emory Douglas y Rollow. ‘Zapantera Negra’ fusiona a los zapatistas (EZLN) con la estética del Black Panther Party, “para investigar el uso del cuerpo y la cultura visual en movimientos políticos y artísticos distintos”. Incluye entrevistas, obras de arte y documentos originales del EZLN y Pantera Negra sobre la lucha ambos movimientos por la dignidad y la liberación.

La colaboración ha sido fundamental para el enfoque de Duarte en la búsqueda continua de conciencia social y responsabilidad. Su participación en el programa de Apoyo y Transición Educativa para Nuevos Ingenieros (NEST, por sus siglas en inglés) de Fremont High School desempeñó un papel esencial en la creación de su instalación actual en exhibición en el Centro Yerba Buena para la Feria del Área de las Artes de la Bahía.

El programa NEST se organizó como respuesta a la afluencia de menores no acompañados en 2014 en la frontera de los EEUU y México. Decenas de miles de menores no acompañados emigraron de Guatemala, El Salvador y Honduras en busca de asilo. Cuatrocientos de ellos llegaron a Fremont High School en busca de ayuda, lo que provocó que una educadora de la escuela, Patricia Segura, tomara medidas. Sin ningún tipo de recursos, financiamiento o sistema para enfrentar este tipo de circunstancias, Segura combinó su posición de docente de tiempo completo con la organización de talleres para facilitar el éxito educativo y el bienestar emocional de estos recién llegados. NEST ahora brinda terapia bilingüe, servicios legales y acceso a una clínica de salud de servicio completo.

Duarte se desempeñó como maestro en NEST y colaboró ​​con cinco de sus estudiantes, Francisco Domingo, Erick Aguilar, Gabriela Ramos, Micaela Pablo e Idalia García, todos recién llegados de Guatemala, para crear la instalación sin título en YBCA. Su estructura hecha de tierra, madera y una pintura de paneles de yeso, se asemeja a una iglesia sin terminar y alberga a sus estudiantes a medida que se filtran y se entierran en la tierra. Esto crea una representación de los cuerpos vulnerables a través de la migración forzada. Esta instalación evoca un cierto nivel de incomodidad en la audiencia, ya que son testigos de una recreación simbólica de los efectos duraderos de la colonización. Al mismo tiempo, la estructura en la que se erige exige cuestionar las instituciones y la ironía de sus reclamos como espacios seguros para la comunidad inmigrante.

“¿Dónde colocamos nuestros valores, en las instituciones? ¿Cómo podemos proporcionarnos el apoyo y la protección que estas instituciones y los espacios santuario no logran cumplir?”, son preguntas que Duarte espera explorar.

El enfoque poco ortodoxo de colaboración y creación de Duarte apoya la idea de que los objetos, las actividades y los espacios aparentemente mundanos que encontramos a diario poseen el poder de desafiar los conceptos de éxito y progreso a escala global. El artista explicó sus métodos de esta manera: “Es parte de una investigación sobre cómo el arte, en todas sus disciplinas y contradicciones, puede asumir el supuesto papel de dichos cuerpos institucionales para crear comprensión, empatía y servir como herramienta para imaginar alternativas a un sistema dañino y violento que no tenemos que aceptar”.