Veterana de Stonewall y pionera activista transgénero, Marsha P. Johnson, una figura central en el movimiento de liberación gay tras el Levantamiento de Stonewall.

Formado en un ambiente católico, en Montebello, una ciudad predominantemente latina ubicada cerca del este de Los Ángeles, Rubén Guadalupe Márquez estuvo rodeado de la tradición y cultura latinas, aunque no siempre lo fue de forma positiva.

Como gay, Márquez fue testigo de los efectos negativos de una cultura que ha sido fuertemente moldeada por el catolicismo, como lo es la transfobia.

«Sé que los latinos realmente no aceptan a la comunidad LGBT, y es por eso que quiero usar mi plataforma para educarlos y que puedan entender que no podemos evitar ser así, esto es lo que somos», dijo el artista quien ahora radica en San Francisco, y cuyo trabajo presenta muchos íconos del pop queer, rodeados de imágenes, temas y patrones religiosos. Él fusiona tropos religiosos y latinos, porque al crecer, nunca vio estas dos comunidades, la latina y la LGBTQ, combinadas de manera positiva.

Collage autorretrato de Rubén Guadalupe Márquez.

Su objetivo es presentar a estos individuos de la comunidad LGBTQ —que han sido sistemáticamente excluidos en los medios dominantes— como realeza, y espera brindar a quienes admiren su trabajo, una nueva perspectiva.

«Creo que la visibilidad es la única forma en que las cosas mejorarán», explicó. «Tengo una relación extraña con la religión. Aunque fui educado católico por mi abuela, realmente me gusta poner a las personas y cosas que no se supone que son ‘santas’ y deben ser vistas como ‘santas’. Solo pienso que es importante que nuestra comunidad vea otro tipos de amor y no solo el heterosexual».

El arte de Márquez también es una protesta contra las corporaciones, que hoy usan la causa de la comunidad LGBTQ para lucrar. Mencionó específicamente el Pride de San Francisco. Márquez cree firmemente que la celebración anual que comenzó como protesta política por su visibilidad y aceptación, se ha transformado en un “desfile corporativo gigante”.

Roxana Hernández, una hondureña transgénero que murió estando bajo custodia de Inmigración y Aduanas (ICE) el 25 de mayo. Hernández huyó de su tierra natal por temor a ser violentada por ser transgénero.

“Se ve a Google y otras compañías diciendo que están aquí para la comunidad, pero no se ve que distribuyan con este dinero a la comunidad”, dijo Márquez. “Me gustaría verlos organizar seminarios de educación electoral o incluso clínicas de VIH, usted sabe algo que realmente nos ayude”.

En contraste con el modelo capitalista que siguen las empresas, Márquez pone todo su arte a disposición y de forma gratuita. No firma ni protege su obra, que ha sido utilizada por Telemundo. Las piezas de arte en particular se usaron para explicar el tema de las ‘drag queens’, y Márquez quedó extasiado.

“Solo quiero hacer arte que se pueda compartir y que enseñe el pasado para no repetir los mismos errores. Y al mismo tiempo, no quiero ser el maestro, solo quiero transmitir el conocimiento”, comentó. “Estaba viendo a Pose, un [show contemporáneo ambientado a principios de los 80] que se enfoca en los conflictos que enfrentaron las tempranas comunidades gay y trans, y admiro absolutamente cómo esas mujeres fuertes protestaron por la mierda de todos”.

Aunque Márquez admite que la visibilidad ha mejorado para la comunidad LGBTQ, todavía queda trabajo por hacer. Específicamente para la comunidad trans.

“Las mujeres trans todavía están siendo asesinadas por su poca visibilidad, y como dije antes, una gran parte de estas muertes provienen de países de habla hispana, latina», dijo Márquez y agregó: «La gente necesita ser más amorosa. Mucho de lo que falta era empatía, y para que la empatía ocurra, la educación y el diálogo deben ser consistentes, y es por eso que siento la necesidad de crear más arte”.