Reseña de Película: Rating The Other Barrio: 4 de 5

 

(De izquierda a derecha) Sean San José, Christopher White, Richard Montoya y Pearl Wong en una escena de The Other Barrio. Cortesía SF Noir Film

Por Mabel Jiménez

Después de una larga espera, The Other Barrio —una película de la que todos en la Misión están hablando desde que comenzó su producción en el verano de 2012— finalmente se estrenará en el Teatro Brava el domingo 8 de febrero.

La película de 91 minutos de duración está basada en la historia del mismo nombre escrita por el poeta laureado de San Francisco, Alejandro Murguía. Originalmente publicada en 2004 como parte de la antología San Francisco Noir, la trama se basa en los hechos reales de un incendio ocurrido en 1975 en los Gartland Apartments, localizados en las calles 16 y Valencia.

El fuego, causado por sus propietarios para reclamar el dinero de la aseguranza, tomó las vidas de por lo menos 12 personas. Aunque la tragedia fue novelada por Murguía, y adaptada al siglo XXI para la pantalla, la historia se siente demasiado real, mostrando cómo la fuerza de la codicia y corrupción pueden arrasar con la vida de la gente.

El actor Richard Montoya interpreta a Bob Morales, un hastiado pero honesto inspector de viviendas que investiga un incendio fatal en un hotel residencial del Distrito de la Misión. Al indagar en los detalles del incendio, descubre corrupción en el gobierno municipal, y se reencuentra con una mujer de su pasado. La hermosa actriz Veronica Valencia cuyo rol perfecto de mujer fatal, da vida a Sophia Nido, una mujer con el poder de ayudar —o dañar—  la investigación de Morales.

(De izquierda a derecha) El Productor, Lou Dematteis; el Diseñador de Producción, Rene Yanez; el Protagonista, Richard Montoya y el Productor/Director, Dante Betteo en el set de la película The Other Barrio, en el San Francisco General Hospital. Foto Mario Ayala

La historia sirve como el medio perfecto para exponer el embate de aburguesamiento y desalojo que actualmente está desangrando el sabor del barrio. Un personaje comenta: “Estos chicos de la tecnología quieren vivir en barrios vanguardistas, cool y modernos, pero sin la molestia de los indigentes, de la clase trabajadora, los indocumentados, o Dios no lo quiera, un verdadero maricón con VIH”.

Aunque trata con temas serios, el filme utiliza el humor para aligerar las cosas, sobre todo por medio de diatribas sobre el carácter cambiante del barrio, y burlas sobre los hipsters y techies. Un personaje indigente en la trama, declara embriagado: “Yo también he caminado bajo la sombra del Valle de Silicon”.

A pesar de utilizarlos como alivio cómico, la película se asegura de no poner toda la culpa en los techies y hipsters. Nos recuerda que la ola de desalojos es el resultado de fuerzas económicas y políticas que subvencionan hasta eviscerar a comunidades enteras.

El filme también exhibe las desigualdades económicas y raciales que gente de la Misión ve todos los días; todos los villanos y la mayoría de aquellos en posiciones de poder son blancos, pero también lo son algunos de los indigentes. Sin embargo, la trama también nos muestra que el privilegio puede ser utilizado para el bien mayor. Hay un momento en que Morales es invitado a una junta secreta, y con recelo pregunta, “¿Quién es el chico blanco?”

El hombre contesta la pregunta de Morales: “Un abogado especializado en los derechos de inquilinos bajo la Sección 8 y demandas colectivas en contra de desarrolladores urbanos que se aprovechan y discriminan contra los pobres. Ese es el chico blanco”. El abogado juega un papel clave ayudando a Morales, quien supera sus propios prejuicios contra los blancos.

La historia es relatada en gran parte por el diálogo interno de Morales, en verdadero estilo film noir. Estilo también evidente en el uso de luz para comunicar emociones: solamente se aprecia la luz del sol en escenas donde aparece Valencia. Todas las escenas sin ella son filmadas en interiores o en la oscuridad de la noche. Los espectadores no volverán a ver la luz hasta la escena final.

La historia originalmente fue planeada como una de tres a entretejerse a través de la película: La Misión, Chinatown y North Beach. Sin embargo, a causa de restricciones presupuestales, la película fue limitada a solo la historia que toma lugar en la Misión. Algunas de las escenas se dilatan un poco más de lo necesario, y quizá sea debido a la necesidad de alargar una historia que originalmente iba a ser solamente un tercio de la película.

Actuación de Brian J. Patterson en una escena de The Other Barrio. Foto Beth LaBerge/El Tecolote Archives

Hay un desarrollo importante en la trama que es comunicado al espectador mostrando el encabezado de un periódico, cuando hubiera sido más satisfactorio mostrar la acción desarrollada en una escena. Sin embargo, dadas las limitaciones del presupuesto, los productores tuvieron que ingeniárselas.

Montoya y Valencia son excelentes actores y tienen una gran química —una conversación íntima se desarrolla sin cortes de edición. Pero el personaje principal es el Distrito de la Misión. Para los residentes de mucho tiempo, los personajes secundarios en la historia se sentirán como alguien que han conocido antes. Artistas y activistas familiares se interpretan a sí mismos en camafeos, dando autenticidad a una película concebida y casi completamente producida por gente de la Misión.

La historia está designada como ficción, pero si usted vive en este barrio, puede que se sienta más como un documental. El verdadero desalojo de Encantada Gallery se menciona (el cual fue cubierto por El Tecolote en su edición del 4-17 de julio, 2013) y una escena principal ocurre en Esta Noche, el único bar LGBT Latino en San Francisco, el cual cerró en la primavera de 2014.

Quizá ese sea el mayor triunfo de este largometraje: la Misión retratada fielmente por aquellos que la conocen mejor. La precisión es alentadora. Hubiera sido imposible para alguien ajeno captar la esencia del barrio de la manera que lo hace The Other Barrio.

Sin embargo, no es el tipo de historia donde todo se resuelve; después de todo, este eso es el film noir. La historia pone la siguiente jugada a manos del espectador, esperando que éste continúe la lucha por la justicia donde lo deja la película.

El final satisface, y dejará a la audiencia con esperanzas, pero con la sobria realización del trabajo que aún queda por hacer. Es una película que todos en la Misión deben ver.