Nota del Editor: La siguiente historia fue producida como parte del programa de prácticas de medios de Acción Latina, Chicas y Mujeres Poderosas, que se lanzó en enero de 2018. La pasantía brindó capacitación a jóvenes, de entre 13 y 17 años, sobre periodismo, una industria predominantemente masculina. El Tecolote publicará sus proyectos finales periódicamente. Esta historia fue escrita por Emmely Benitez, 14, de Mission Girls.

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Originaria de Perú, Denise Gonzales, la dueña de Luz de Luna, trabaja en su negocio todos los días de 11 de la mañana a 8 de la noche. Su tienda, ubicada en las calles South Van Ness y 24, reúne todos los lugares latinos del mundo. El lugar vende muchas artesanías, joyas, velas y otros productos diferentes que hacen los artesanos de todo el mundo. Ha tenido su tienda en la calle 24 por seis años, y actualmente cuenta con el apoyo de dos empleados.

Denise Gonzales, en su tienda, Luz de Luna. Foto: Mabel Jiménez/El Tecolote Archives

En 2008, su tienda estaba ubicada en la calle 25, pero no era lo suficientemente grande para mostrar todos sus productos: “Moví el local de la tienda porque necesitábamos un local más grande”, explica Gonzales.

Pero no siempre fue propietaria de su negocio, solía ser enfermera en el Área de la Bahía. Cuando el hospital en el que solía trabajar cerró, sus gerentes le dieron la oportunidad de trabajar en un hospital al otro lado de la Bahía: “Les dije que no, y dije bueno ya estoy cerca, y me debo retirar y pues decidí crear… un pequeño negocio y es así es como la hice y poco a poco le di el sabor latino”.

A Gonzales le gusta interactuar con sus clientes y hacerles saber más sobre el artículo que seleccionan: “Me encanta de que todas las culturas se unan aquí no solamente lo latino si no multi-cultural”, dijo Gonzales.

Supo que este trabajo era para ella porque trabajó muchos años en servicio al cliente, por lo que siempre le ha gustado estar en contacto con las personas a las que ayuda. “He trabajado muchos años en lo que es servicio al cliente, en hotelería, y cuidado al ser humano, trabajaba en clínica y cuidando pacientes y pues siempre me ha gustado estar en contacto con la gente”.

Un desafío para Gonzales es la situación económica. Lo que significa no poder comprar más mercancía: “Pero me siento atada de las manos de que veo que no puedo y pues digo la próxima vez”.

Algo difícil para ella es que constantemente tiene que mantener su tienda limpia y con un nuevo producto para vender. Otro desafío es poner un precio justo a sus productos, para que la gente los adquiera.

En octubre, Luz de Luna se llena de clientes, porque la gente comienza a comprar suministros para sus altares del Día de los Muertos. Ahí es cuando la gente va a la tienda de Gonzales y compra productos diferentes.

Quiere que su tienda crezca más y se llene de más clientes: “En el futuro me encantaría que el negocio siga adelante, ojalá que yo también siga adelante”, dijo. “Me encanta el arte… lo latinoamericano. Me encanta estar en contacto siempre”.