La Plebe (izquierda a derecha: Alberto Cuellar a la trompeta, Antonio “Tron” Cuellar al trombón, Mark T. Harris a la batería, Lupe Bravo al bajo y vocales, y John, un buen amigo de la banda. El otro componente de la banda, Adam “Pags” Paganinis, no aparece en la foto).

Son casi las 11 de la noche del viernes en la sala Slim’s en San Francisco, donde más de cuatrocientos fanáticos se han reunido para disfrutar del grupo musical que han estado esperando. Y cuando el conjunto finalmente comienza a tocar, la guitarra eléctrica, el bajo, la batería y la sección de viento lanzan una marejada sonora que regresa hacia el escenario como una oleada, compuesta por un público joven y energético que salta arriba y abajo sin control.

Hay una sinergía entre el público y la banda, lo que genera un nivel de energía en constante aumento. El público está muy contento, y también La Plebe, una de las bandas independientes del Área de la Bahía más apasionantes, conocida por su marca propia bilingüe de punk rock thrash con sección de viento.

Para esta banda de San Francisco, Le Plebe, que significa ‘el pueblo’ en español, esta noche del 3 de noviembre fue una ocasión especial —el estreno de su quinto y más ambicioso disco, “Brazo en Brazo”–, que saldría la semana siguiente en CD y por primera vez en vinilo.

El quinteto está formado por el bajista, fundador y cantante Lupe Bravo, el baterista Mark T. Harris, el guitarrista Adam “Pags” Paganini, y la sección de vientos formada por Alberto Cuéllar en la trompeta y Antonio Cuéllar “Tron” en el trombón.

Los miembros de la banda crecieron escuchando música tradicional latina en sus hogares, en la que los instrumentos de viento desempeñan un papel clave. La Plebe utiliza esta influencia otorgando a la sección de vientos el papel que los guitarristas juegan en otras bandas de punk rock. Mientras Pags, el guitarrista, establece el ritmo, son los instrumentos de viento de los hermanos Cuéllar los que lideran el desarrollo de las melodías.

Es precisamente este sonido que hace única a La Plebe. Pero también hace en ocasiones que su música sea etiquetada erróneamente como punk-ska, al tener unos arreglos musicales similares, pero un sonido y ritmo diferentes. Admiten que hay una influencia, y que puede que utilicen el ritmo de ska, o “skank”, pero no creen que sea lo suficiente como para merecer esa etiqueta.

“No nos malinterprete, lo queremos dejar muy claro. Nos encanta la música ska, mucho, pero eso no es lo que tocamos”, dice Alberto. “Debido a que tocamos con instrumentos de viento, la gente puede confundirse. No queremos que la gente venga pensando que va a escuchar ska y luego no lo hagamos y los decepcionemos. Ha sucedido en el pasado, y no queremos eso”.

Nadie, sin embargo, parecía decepcionado durante el estreno del nuevo disco en Slim’s. La Plebe tiene una relación fuerte con la comunidad y sus seguidores. Es típico que durante los conciertos de La Plebe los aficionados se suban al escenario y comiencen a cantar con la banda en cada presentación. Aunque el grupo quiere mantener esa conexión con sus seguidores, a veces algunos de ellos se emocionan demasiado y puede convertirse en un reto.

“Sí, una vez un fan se puso a cantar una canción conmigo, pero se olvidó de la letra y me dijo ‘¡Canta tú!’, y me dio con el micrófono en los dientes”, recuerda Lupe sonriendo —mientras muestra todos sus dientes intactos.

Pero si el sentido de comunidad en un show de La Plebe es fuerte, es precisamente porque la manzana no cae lejos del árbol.

“Somos una banda muy unida”, dice Pags. “Para nosotros, si uno está enfermo o no puede llegar, simplemente no tocamos. No podemos imaginar tocar sin estar todos”.

La Plebe – Brazo en Brazo

La Plebe se formó en el año 2001, y Pags se incorporó en el 2004, después de que uno de los miembros fundadores de la banda se fue, pero éste fue el único cambio en la banda respecto a la formación original.

Para La Plebe, son las personas las que hacen y complementan al grupo, lo que puede ser una rareza en muchas de las bandas independientes de hoy día, en las que los cambios de personal son a menudo comunes y frecuentes.

“Puede resultar un poco extraño, cuando conocemos otras bandas que nos gustan y con las que pasamos el rato, y los vemos después y te das cuenta enseguida de que alguien falta”, dice Alberto. “Es como… ‘¿qué pasó?’ Cambia la química y, a veces es un poco triste”.

La solidaridad y la sinergía no sólo termina allí, sino que también se extiende a la hora de componer las canciones —escriben todas las canciones en conjunto y las acreditan a La Plebe.

“Yo o alguien más aporta una idea”, dice Lupe, “pero la canción no se escribe hasta que todos nos reunimos y entonces las ideas individuales se transforman en otra cosa.”

El público de Slim’s recibió las nuevas canciones emocionado, pareció un éxito, sin embargo La Plebe sabe que es siempre muy delicado presentar nuevo material, por lo que dividieron su presentación en partes iguales, entre favoritas de discos pasados y canciones de su nuevo CD.

Aunque los miembros de La Plebe provienen de áreas como Salinas, Santa Cruz y Los Ángeles, sus raíces como banda están en la Misión.

“Todos hemos vivido aquí en un momento u otro de nuestras vidas, y pasamos mucho tiempo aquí”, dijo Alberto, que actualmente vive en la Misión.

Han dejado su huella en la Misión, tocando en conciertos estilo guerrilla en el callejón Clarion o en la estación de BART de la 24 —hasta que apareciera la policía—, así como en un sinnúmero de conciertos en El Balazo y El Río. Pero éste es el siglo 21, después de todo, y el mundo se ha globalizado, así como La Plebe con sus giras.

La Plebe ha ido en gira a muchos países de América Latina y Europa. Durante su primer viaje al Reino Unido en el año 2008, el grupo tocó con Mick Jones, ni más ni menos, del grupo The Clash, que se unió a ellos en el escenario para su versión de “The Guns of Brixton”.

Sus giras incluyeron también cuatro viajes a los Balcanes, en la antigua Yugoslavia, donde se han cultivado una base de fieles seguidores a pesar del poco inglés y prácticamente nada de español que se habla allí.

Sus experiencias en los Balcanes, donde las heridas de la guerra civil y la limpieza étnica aún están frescas, han tenido un efecto profundo en la banda y en su manera de ver el mundo.

“¡Intenso! Ésa es la mejor palabra para definirlo, intenso”, dice Pags. “Pasar tiempo con personas que acaban de sufrir una guerra te hace poner los pies en la tierra.”

A pesar de que sus seguidores no entendieran español, muchos de ellos, dice Lupe, traducen las letras ellos mismos, identificándose con los problemas que afrontan los inmigrantes en los EEUU y otros lugares de América Latina. La situación política del país, admiten, es complicada.

En la tradición de bandas como The Clash, del Reino Unido, y ¡Tijuana No! de México, La Plebe se destaca por sus sólidos principios. No se acobardan en lo que se refiere a reclamar justicia social en las letras de sus canciones. Pero al mismo tiempo, no quieren decirle a la gente qué hacer o pensar.

“Tratamos de no predicar. Sencillamente tratamos de contar los hechos”, dice Pags, cuyos padres huyeron de la Argentina durante la ‘Guerra sucia’. “Queremos erradicar la ignorancia para que la gente esté más unida. Queremos que la gente se anime y que pasen unos momentos chingones”.

De hecho, es ese sentimiento el que mejor describe su nuevo álbum, que les llevó tres años —“Brazo en Brazo”, producido por Billy Gould, de Faith No More, y publicado por su sello discográfico Koolarrow Records. Es una representación definitiva y coherente de todo lo que la banda representa.

Muchas de las canciones políticas, sin más, claman por la justicia social, ya sea por familias separadas por las políticas de inmigración (“Soledad”), la difícil situación de los trabajadores del campo (“Campesino”) o la historia de América Latina (“Venas Abiertas”). Pero, una vez más, nada detiene a La Plebe a la hora de fomentar la esperanza y celebrar la vida, como por ejemplo la primera canción del disco, “Siempre Unidos”, un himno punk rock con toques mariachis. La música es tan fuerte como debería ser, pero también muy melódica y memorable.

En estos días de música para descargar del internet, uno de los placeres olvidados de poseer un disco físico es el de disfrutar del arte de la carátula —y es algo que La Plebe también entrega. Josué Rojas, artista de la Misión, concebió una hermosa carátula para el nuevo disco al estilo mural, y la solapa interior contiene fotografías de época coleccionadas por la banda.

No hay duda de que este nuevo disco gustará mucho a los seguidores acérrimos de La Plebe, pero también atraerá a nuevos. Sus shows en vivo son presentaciones que no se deben perder, pero escuchando “Brazo en Brazo” es también una gran experiencia, aunque uno no pueda estar allí.