Sol en Escorpión, una exhibición que actualmente se muestra en Galería la Raza, expone la obra artística de su fundador, Ralph Maradiaga. Foto via Facebook

El día que el imponente y talentoso Ralph Maradiaga salió a correr por última vez, es uno de los que Amalia Mesa-Bains nunca olvidará.

“El tiempo se va rápido, de repente volteas y ya pasaron 30 años”, dijo.

Maradiaga, co-fundador de Galería de la Raza, quien practicó y abogó por la educación y preservación del arte chicano –antes de que hubiera algo conocido como ‘arte chicano’– murió aparentemente de un ataque al corazón afuera de su casa el 19 de julio de 1985. Tenía 50 años.

Mesa-Bains, una artista que conoció a Maradiaga en 1969 en pleno movimiento chicano, acudió a la galería el día que él murió. Así que cuando le pidieron ser la curadora invitada de la exhibición ‘Ralph Maradiaga: el sol en escorpio, un regalo infalible de liderazgo’, la cual debutó en la galería el sábado 4 de octubre, no vaciló en aceptar.

“Quieres estar segura de que su legado sea accesible para las nuevas generaciones. Pienso que él era un modelo”, dijo Mesa-Bains. “Las personas, al igual que cosas, pueden ser un legado. Y Ralph era nuestra herencia”.

La colección de CEMA en la Universidad de Santa Bárbara heredó la mayoría de las impresiones, fotografías, posters, films y archivos de Ralph. Ahí es adonde Mesa-Bains se aventuró en dos ocasiones, desde la primavera, para recolectar piezas para la exhibición.

La presentación, que incluirá cerca de 30 piezas –incluyendo films, fotografías, carteles e impresiones– continuará hasta el 9 de noviembre, coincidiendo apropiadamente con la temporada del Día de Muertos. Maradiaga, quien junto a la mentora de Mesa-Bains, Yolanda Garfias-Woo, fue uno de los primeros promotores de esa celebración mexicana, cumpliría 80 años este 27 de octubre.

Chicanos como Maradiaga difundieron el Día de los Muertos, con el cual tradicionalmente se honra a los seres queridos que han partido.

“Los chicanos lo tomaron y lo usaron para construir un pasado histórico que honre a individuos que hubieran podido ser tus parientes, pero que eran vistos como si fueran parte de tu genealogía artística”, dijo Mesa-Bains. “Eran tus ancestros de una manera distinta. Ralph es así para la galería y para mucha gente”.

Pero no todos valoraron el intento de Maradiaga de “reclamar la cultura”.

“Como muchos de nosotros, nuestras familias no entendían el trabajo que estábamos haciendo”, dijo Mesa-Bains. “Cuando [su familia] vio la reacción tras la repentina muerte de Ralph, el siguiente Día de los Muertos –por todos lados, la gente estaba poniendo altares en su honor– creo que finalmente, su familia se dio cuenta de lo importante que era. Y no entendían exactamente porqué”.

La exhibición

Conforme se recorre el espacio que antes era Studio 24, fotografías adornando las paredes narran la vida de Maradiaga como cineasta y artista. Sus primeros trabajos experimentales son el punto central, así como sus films. La galería fue fundada en 1970, el mismo año que El Tecolote. Maradiaga diseñó el logo principal del periódico y la exhibición muestra un film sobre esta publicación periódica.

Sus impresiones, posters y calendarios reflejan las colaboraciones que tuvo para con las comunidades latina, afroamericana y nativa americana.

Un calendario narra la historia de Josefa Segovia, la primera mexicana ahorcada durante la fiebre de oro en California después de apuñalar al hombre que la atacó.

La exhibición termina con la última impresión que Ralph hizo, llamada ‘Niñez perdida’. Muestra juguetes regados por todo el césped.

“Y yo siempre me pregunté que quería decir”, dijo Mesa-Bains. “¿Que no tuvo niñez? ¿Creció muy rápido?”

Solo Maradiaga puede responder.

Traducción Carmen Ruiz