René (izquierda) and Río Yañez parados frente a un papel picado diseñado por el artista E. Oscar Maynard, en la exhibición Día de Muertos 2014 en el SOMArts. Foto Mabel Jiménez

Cuando se trata de mantener viva la tradición, el renombrado artista René Yáñez y su hijo Río prefieren un enfoque poco convencional: celebrar la muerte. Y, con creatividad lo utilizan para provocar el diálogo sobre temas controvertidos dentro de la comunidad.

Los Yáñez se han encargado los últimos nueve años de la curaduría de la exhibición Día de Muertos en el Centro Cultural del SOMART; en esta ocasión presentan ‘Visiones en el Crepúsculo’ una mezcla de cultura tradicional con cuestiones políticas contemporáneas y estéticas artísticas conceptuales.

Ahora, tras quince años en SOMArts, la exposición —que permanecerá un mes— celebró su noche de apertura el 10 de octubre. Junto con altares convencionales y coloridos, los visitantes de la exhibición se enfrentarán a cuestiones tales como la violencia policial, la crisis de la vivienda en San Francisco y el cambio agresivo en la demografía del área de la bahía como consecuencia del aburguesamiento.

“Son los artistas que están en la línea, pero cada uno de nosotros tiene algo en juego con esto”, dijo Río. “Todos somos examinados en este escenario y en lo que podemos hacer para influir en el cambio de manera positiva y negativa”.

Fue en 1972 que René introdujo por primera vez el día de esta festividad mexicana al área de la bahía en forma de instalaciones de altar en la Galería de la Raza, que fundó dos años antes. En ese momento, según René, la exposición se veía muy diferente.

En un barrio que en aquella época se componía mayormente de latinos, René creó una tradición que pronto se convirtió en una institución intercultural en el Distrito de la Misión, atrayendo a miles de visitantes de toda la bahía.

En los últimos 15 años en SOMArts, los temas de la exposición han evolucionado conforme las necesidades de la comunidad.

Este año, hay un altar dedicado a Alejandro Nieto, un guardia de seguridad de 28 años de edad, asesinado por la policía de San Francisco. René entró en el altar que simula una sala de estar, y que fue amorosamente decorado por familiares y amigos de Nieto. Gorras de béisbol y fotografías adornan las paredes del espacio cerrado y el uniforme de Nieto reposa en un perchero, mientras el zumbido constante de un televisor emite el sonido de fondo.

“Estas son sus pertenencias”, explicó Río. “Son literalmente las ofrendas que su familia preparó para llevarlos al otro mundo. Es muy potente”.

René se sentó en el pequeño sofá delante del televisor para respirar en silencio. Los recuerdos capturados en el altar son palpables, incluso para aquellos que no conocieron a Nieto.

“Es una injusticia”, dijo René, rompiendo su silencio. “El (vecino) que llamó a la policía y lo que desencadenó… todo es parte del aburguesamiento, y para mí, es muy doloroso porque veo que está sucediendo todo el tiempo”.

El de Nieto figura entre muchos de los altares creativos que representan el tema y lucha sobre el aburguesamiento en el Distrito de la Misión.

“La Misión está cambiando, pero es tu responsabilidad aferrarte a ese lugar, a los recuerdos y conectarte con la gente que está allí”, dijo la artista Ytaelena López, cuyo altar es una caja de arena llena de monedas de un centavo, en donde los iconos del Distrito de la Misión pueden ser descubiertos por los visitantes —un metáfora del movimiento de dinero en el barrio.

“Cuando las ciudades cambian tan rápido, vienen nuevas personas que no están familiarizadas con la memoria colectiva de los que ya están allí”, agregó. “Queremos que los recién llegados se den cuenta que son parte de algo más grande que lo que es nuevo y de moda”.

Al llegar frente a su propio altar, René ofrece un vistazo a su lucha personal que ha sido cubierta ampliamente por los medios de comunicación locales, pero que parece no haber impedido su trabajo y compromisos dentro de su comunidad.

En octubre de 2013, después de 35 años de vivir en la Misión, fue desalojado bajo el Acta Ellis. De acuerdo a René, la lucha sigue, y él y su pareja han sido capaces de permanecer en su casa hasta el momento.

“Es una cuestión de resistencia. Los trabajadores de la tecnología tienen una visión diferente de la cultura. Es un fenómeno diferente que viene a San Francisco, y está redefiniendo la cultura y contribución”, dijo.

Tanto René como Río están de acuerdo en que el luto —en forma de cultura, de hogar, o de vida— es parte del ciclo de la vida y de la muerte, como también lo es la esperanza y la adaptación.

“Estas piezas no se harían si no hubiera algún tipo de esperanza y optimismo”, dijo Río. “Algunos son muy tristes, pero es también la razón por la que los presentamos, la razón por la que estamos empujando contra los poderes porque hay algún tipo de esperanza de que podemos hacer un cambio”.

— Traducción Fern Echevarria