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[su_box title=»Por Armando Valdez» box_color=»#131212″]Cuba es el único lugar donde todavía circulan por las calles vehículos de la década de 1950. Imágenes de ellos son símbolos de la cultura cubana como lo son también las imágenes del Che Guevara; el clásico Chevy Bel Air de 1957 con techo rígido está en todos los sitios web de servicios turísticos. Durante un viaje a Cuba el mes pasado, quedé cautivado por la gran variedad de autos de los años 50 aún en circulación. Muchos de estos son taxis. Vi muchos Chevys y Fords, así como muchos Buicks, Oldsmobiles, Chryslers, unos cuantos Cadillacs, Dodges, Plymouths, hasta un par de Studebakers y DeSotos —muchas aletas en los modelos de finales de esa década. En los EEUU esto solo se puede ver en exhibiciones de autos, pero los de Cuba son una especie distinta. Son vehículos utilizados todos los días entre la escasez de partes, pintura y pulimento causados por el embargo estadounidense. Los cubanos son forzados a improvisar y dando como resultado un maravilloso calidoscopio de trabajos de pintura, partes hechas a mano y un sinnúmero de toques especiales que dan a estos autos su carácter especial. Unos cuantos han sido muy bien restaurados con buenos trabajos de pintura, pero muchos otros reflejan la escasez que caracteriza a Cuba actualmente. Algunos tienen distintos tipos de neumáticos, faros y otras partes, incluyendo los motores. Muchos, con toques únicos e individuales, como luces decorativas montadas en la defensa o en la cajuela, elegantes adornos en el cofre y abanicos montados en el tablero. Algunos hasta tienen parrillas improvisadas. Unos cuantos han sido tan alterados que resulta difícil saber el año o modelo… pero aún corren, agregando su toque al ambiente único de la isla. El ingenio e imaginación evidente en sus autos se extiende a la vida diaria de los cubanos. Se las arreglan con lo que tienen y esperan un fin al embargo que aún mantiene muchas de las necesidades más básicas fuera de su alcance. — Traducción Mabel Jiménez[/su_box]