El documental de Katia Lara «Quién dijo miedo» muestra la violencia del golpe de estado en Honduras del pasado 28 de junio del 2009, haciendo uso de las voces de la gente en resistencia en las calles.

A través de comerciales, noticias, tomas en tiempo real y entrevistas con académicos hondureños, pone en contexto histórico y político las consecuencias de la captura del presidente electo Juan Manuel Zelaya.

El documental no considera el golpe como un fenómeno aislado, independiente de las condiciones históricas de pobreza del país, sino como el apogeo de un sistema político oligárquico ligado a la opresión del pueblo. Captura, a través de una serie de tomas gráficas de violencia, la cantidad de gente en resistencia que ha sufrido heridas y muerte a manos de las fuerzas armadas aliadas del golpe.

La acción comienza con un comercial que promueve la ‘Cuarta urna de votación’ —una iniciativa que presentó el presidente Zelaya para consultar a los ciudadanos hondureños sobre cambios a la Constitución— que fue la que motivó el golpe. Zelaya explica: «La cuarta urna es para preguntarle al pueblo si quiere una nueva constitución porque hay mucha violencia y mucha exclusión [en la Constitución].»

Los comerciales sobre la cuarta urna muestran las distintas opiniones de la gente. Mientras que algunos no creen que sea buena idea, otros tienen miedo de lo que pueda ocurrir. Uno de los actores del comercial le pregunta a alguien «¿Cuál es el miedo? ¿Quién dijo miedo?» Y ahí termina la escena. Justo después, como si hubiera sido una profecía, vemos las imágenes de los militares durante el golpe de estado, el fuego y la resistencia.

Varios comentaristas ponen en contexto la historia de Honduras, lo que pone en evidencia cómo el pasado del país ha determinado el golpe de estado. A pesar de no ser el gran productor de banano del pasado, Honduras ha mantenido el esquema histórico basado en la explotación de las empresas bananeras.

Honduras, «siempre ha sido un laboratorio». El documental explica cómo el poder en Honduras se ha concentrado en doce familias dueñas de las grandes compañías, la telecomunicación, el modelo de exportación y las maquilas.

El vínculo que existe entre Honduras y los EEUU además siempre ha sido importante. Estados Unidos, propone el documental, se beneficia de una posición conservadora —de conservar el estatus quo— ante Honduras, ya que su posición geopolítica es importante.

Honduras marca el camino que une Sur América y Norte América, por donde pasan los inmigrantes y circulan las drogas. René Amador, actor, sindicalista y protagonista del documental, apunta a Honduras en el mapa de Centroamérica explicando: «El destino de Latino América está en este pedazo de tierra.»

Manuel Zelaya, miembro del Partido Liberal, entendió algo distinto a otros políticos. Comprendió la necesidad de modernizar la política y apercibió la inequidad social, no sólo dentro Honduras, sino comparada con el nivel de vida de los países centroamericanos.

Zelaya incrementó el salario mínimo de 3.000 a 5.500 lempiras y se distanció de la clase oligárquica y de la derecha. Y es a causa de estos cambios, que los miembros de su propio partido se opusieron y cometieron el golpe de estado.

La historiadora Natalie Roque explica cómo quienes se opusieron a los cambios a la Constitución son los mismos que en los años ochenta cambiaron los artículos pétreos, los artículos imposibles de cambiar constitucionalmente.

Roque señala la hipocresía de los actuales políticos, a quienes en años pasados se acusó de crímenes y ahora dominan la esfera política con total impunidad. También condena la falta de memoria cultural en su país.

Mientras tanto, diversos grupos étnicos, gente trabajadora, madres y jóvenes en contra del golpe piden a Mel y gritan, «¡Queremos a Mel! ¡Queremos a Mel!»

Cortesía www.observadorjuvenil.wordpress.com

“Quién dijo miedo” continúa mostrando imágenes de después del golpe. La comunidad internacional —los presidentes Chávez, Correa y Kirschner— se expresa en contra del golpe. En la frontera con Nicaragua hay gente que camina durante días para poder salir del país. El toque de queda es primero de nueve de la noche a seis de la mañana y después se extiende desde las seis de la noche a las seis de la mañana. Y cortan la comunicación de los radios. David Romero, quien trabajaba en Radio Globo, cuenta cómo lo echaron de su propio edificio. La brutalidad de las fuerzas armadas es barbárica.

La gente en Honduras, dice un hombre en la frontera, «ha tenido una educación política que no se aprende de los libros o periódicos, es claro que estamos en una guerra de clases».

En la confusión tras el golpe, hay gente que se pregunta por qué Zelaya está fuera del país y no está liderando la resistencia. Explican cómo la resistencia no está unida, que si lo hubiera estado tal vez las cosas serían diferentes.

De cualquier manera, el golpe ha servido para unificar la resistencia y con ayuda de la solidaridad internacional continúa actuando en contra del golpe.

Al final, el documental revela la muerte de varios de los entrevistados en el trayecto de la filmación. Wendy Ávila, de 24 años de edad y estudiante de derecho, muere intoxicada por gases lacrimógenos afuera de la embajada de Brasil.

Walter Tróchez, defensor de los derechos humanos, es asesinado. Y Natalie Roque, después de divulgar la información sobre la constitución, es despedida de su cargo en la Biblioteca Nacional.

A pesar de que el documental es un poco largo, vale la pena verlo. Tanto para aquellas personas informadas sobre el golpe como para quienes quieran aprender desde cero, “Quién dijo miedo” tiene un valor educativo e histórico muy bien argumentado.

“Quién dijo miedo” se mostrará el próximo miércoles 4 de agosto a las 7 de la tarde en el Centro Cultural de la Misión (número 2868 de la calle Misión en la calle 24). Katia Lara, directora del documental, estará presente para responder a sus preguntas. Más información: www.missionculturalcenter.org