Ernest Rivera, director técnico del South of Market Arts and Cultural Center (SOMArts) durante más de 40 años, en su estudio de arte en el Muelle 70. Photo Beth LaBerge

Los asistentes que frecuentan festivales, conciertos, museos o desfiles en San Francisco muy probablemente han admirado la obra del artista Ernest Rivera; sin embargo, una búsqueda en Google comprueba que es un talentoso pero evasivo artista de la comunidad.

“No me considero un artista que va a las galerías y ‘cuelga’ sus obras”, dijo Rivera alzando los hombros. “Simplemente lo hago. Hago fotografías y grabados pero no los muestro a nadie.”

Rivera, quien recientemente fue honrado por la oficina del Alcalde por más de 40 años de servicio a la comunidad artística de San Francisco, forjó gran parte de su carrera usando su creatividad en apoyo a que otros artistas alcanzaran sus sueños.

Como director técnico del South of Market Arts and Cultural Center (SOMArts) desde su inauguración en 1979, pone su habilidad como artesano en los estrados, escenarios e iluminación de numerosas presentaciones y festivales.

Las ideas de Michael Ríos, artista establecido en San Francisco, fueron posibles gracias a la creatividad y ayuda de Rivera, su mentor. A comienzos de los años 90, Carlos Santana pidió a Ríos construir un escenario de 20 por 40 pies de dimensión para una presentación que tendría lugar en San Francisco, sin embargo Ríos no tenía forma para elaborar una instalación de tales magnitudes.

“La primera persona en quien pensé fue en Ernie [Rivera]”, dijo Ríos. “SOMArts no tenía una pared, así que él construyó una pared para mi. Puso un andamio de 30 pies y con paneles de madera contrachapada (plywood) hizo la pared entera”.

La creatividad y generosidad de Rivera fueron el eslabón crucial para SOMArts, y con ello permitió a otros artistas compartir sus talentos que, difícilmente, de otra manera hubieran podido hacer.

“Algunas veces hago algún evento y siento orgullo porque veo gente en las calles sonriendo y conversando entre sí”, dijo Rivera.
Ya sea que el proyecto fuera montando gradas para el SF Blues Festival, o un estandarte para el Juneteenth Festival o escenarios para el desfile anual del Día de los Veteranos, Rivera está contento de poder echar la mano a artistas y miembros de la comunidad para que disfruten sus eventos.

Antes de graduarse del San Francisco Art Institute con una licenciatura en artes, especialidad en grabado, Rivera viajó en los años 60, a la meca artística de New York, Woodstock.

“Estuve ahí con mi esposa y pensamos que solamente nos quedaríamos el verano. Vivimos en mi tienda de campaña en una propiedad de mis amigos. Era el comienzo del festival Woodstock. Podías ver a Bob Dylan o Jimi Hendrix en el pueblo o en los cafés locales”, dijo Rivera sobre las leyendas musicales que vio durante su estancia en New York.

Después de tres años en Woodstock, Rivera regresó a San Francisco y fue recibido por otro evento raro y de estilo de vida distinto: conoció al maestro de meditación budista Chögyam Trungpa, en 1970, y más tarde vivió junto con su familia en el centro de meditación por cinco años.

Por medio de la práctica del budismo, el trabajo de Rivera persigue compartir sus talentos para crear paz y atraer la atención hacia sí mismo. Después de ayudar a montar los escenarios en City Hall para el desfile del Día de los Veteranos, presionó para hacer de este evento uno de los más importantes a la par del de Servicio Militar.

“Cualquiera que ha estado en una guerra es un veterano; no es solo para victoriosos sino también para aquellos vencidos. Sería agradable tener un contingente de nativos americanos en el desfile de los veteranos en honor a las guerras contra EEUU”, reflexionó Rivera. “A través del arte, la gente con visión distinta puede relacionarse con otra a un nivel en el que no quepa la discordia.”

—Traducción Emilio Victorio-Sánchez